La agencia de ayuda de la ONU para refugiados palestinos, UNRWA, indica que hay al menos 18.000 refugiados palestinos dentro del campamento sin acceso a agua potable, alimentos o electricidad. “Las condiciones extremas que sufren los palestinos en Yarmuk y otros lugares de Siria son resultado del conflicto armado y son inaceptables desde el punto de vista humanitario”, declaró UNRWA.
El campamento Yarmuk, construido inicialmente para palestinos que huyeron de la guerra árabe-israelí de 1948, es considerado la capital de facto de la diáspora palestina. Previo al inicio de la guerra civil siria, más de 150.000 palestinos refugiados vivían en el campamento que cuenta con sus propias escuelas, mezquitas e instituciones públicas.
En diciembre de 2012 el campamento pasó a estar bajo el control de grupos armados islamistas, lo que lo aisló del resto de la ciudad. Como resultado decenas de refugiados murieron de hambre. La entrega de ayuda humanitaria del gobierno sirio y la media luna roja son imposibles ya que combatientes del movimiento Frente al Nusra atacan los convoyes humanitarios.
El EI, que según datos de la CIA cuenta con más de 30.000 combatientes, proclamó en sectores de Siria e Irak un califato y pretende conquistar más territorio.
No existe un frente común que combata al EI: a este grupo se enfrentan los ejércitos nacionales de Siria e Irak (este último con apoyo de tropas terrestres iraníes y milicias chiíes), la coalición internacional liderada por EEUU (que por ahora se limita a realizar bombardeos aéreos), como también milicias kurdas de Siria e Irak.
Como resultado de los combates han muerto varios miles de civiles y hay cientos de miles de refugiados.