El fiscal de Marsella, Brice Robin, afirmó el pasado jueves que el copiloto del A320, Andreas Lubitz, comenzó voluntariamente el descenso del avión tras bloquear la puerta cuando el comandante del vuelo salió de la cabina.
Una serie de compañías aéreas, entre las cuales se encuentran Lufthansa, Air Berlin, Condor, TuiFly, EasyJet, Virgin Atlantic, Jet2, Monarch, FlyBe и RyanAir, Norwegian Air Shuttle y Finnair, prevén obligar a dos tripulantes a permanecer en la cabina durante el vuelo.
Esta iniciativa fue aprobada inicialmente en EEUU después del atentado del 11 de septiembre de 2001, cuando los terroristas de Al Qaeda lograron secuestrar cuatro aviones de pasajeros, pero la norma no era obligatoria para las aerolíneas europeas.
Después que en los aviones se instalaran cámaras de vídeo que permitían a los pilotos ver a quienes intentaban entrar en la cabina, este estatuto quedó olvidado.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Transporte del Bundestag, Martin Burkert, considera que las compañías aéreas alemanas deberían contratar a psicólogos.
"Creo que en las grandes compañías debe existir la posibilidad de solicitar ayuda psicológica si una persona tiene problemas personales", dijo a la televisión N24, precisando que se refiere a las compañías alemanas, sobre todo a Germanwings.
El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, declaró que Lubitz empezó su carrera en 2008 y comenzó a trabajar en la compañía en 2013.
También indicó que hace 6 años Lubitz interrumpió y luego retomó su carrera.
Los amigos del copiloto dijeron que esta interrupción podría tener vínculos con "la depresión y el síndrome de burnout".
El Airbus A320 de la compañía alemana de bajo coste se estrelló en una zona de difícil acceso en los Alpes mientras cubría la ruta entre Barcelona a Düsseldorf.
El accidente dejó un saldo de 150 muertos, entre los cuales figuran ciudadanos de Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, España, Gran Bretaña, Colombia, México, Holanda y otros países.