"La reanudación de las expediciones al segmento ruso de la EEI sobre la base comercial, permitiría compensar la caída de la demanda de las naves tripuladas Soyuz después del año 2018", dice el último informe trimestral de la compañía de ingeniería espacial Energia.
Hoy en día, los asientos del tercer miembro de la tripulación en las naves Soyuz los compra la NASA, pues tras el cierre del programa Space Shuttle en 2011, los estadounidenses quedaron sin naves tripuladas propias.
Estos planes estadounidenses, así como los ambiciosos programas espaciales de China pueden acabar próximamente con el monopolio de Rusia en el mercado de vuelos espaciales tripulados.
Precisamente por eso Roscosmos quiere reanimar el turismo espacial.
El diario recuerda que entre 2001 y 2009 ocho turistas realizaron viajes espaciales a la EEI en las naves Soyuz.
No obstante, difícilmente sea estable la demanda de tales viajes, opina el director científico del Instituto de Política Espacial, Ivan Moiseev. "No creo que se mantenga estable el número de multimillonarios deseos de pagar 52 millones de dólares por un vuelo espacial. Sería incorrecto apostar por el turismo espacial como negocio", concluyó el experto.