Indica que esta es la iniciativa energética más dura de la UE después de que adoptara el llamado tercer paquete en 2009.
La nueva estrategia supone que la Comisión Europea tendrá derecho de influir directamente en los acuerdos comerciales del suministro de gas, incluidos los de la empresa estatal rusa Gazprom, lo que perjudicaría aún más a la posición de la compañía en el mercado europeo.
En concreto, la CE revisará los acuerdos relacionados con la compra de gas con suministradores exteriores para que cumplan con la legislación de la UE, tratando de reforzar en primer lugar la transparencia y aumentar la seguridad energética.
El rotativo señala que aún no se puede estimar el efecto de esa decisión porque el concepto de la seguridad energética todavía queda sin definir.
Una fuente recuerda en entrevista a Kommersant que las primeras propuestas para el tercer paquete energético también eran radicales, pero se logró suavizarlas de manera significativa con posterioridad.
Sin embargo, agrega, ese alivio no contribuyó a evitar el fracaso del proyecto South Stream y la estrategia del monopolio de Gazprom en Europa.
"Ahora la Comisión Europea tiene intención de crear un nuevo modelo de relaciones con los suministradores de gas y será menos cómoda para Gazprom", afirma la fuente.
La creación de la unión energética tardará varios años y para entonces el mercado del gas europeo se cambiará mucho, cree Valeri Nésterov, del Sberbank Investment Research.
"De momento la demanda para el gas ruso en Europa va bajando, así como el precio, pero según la estimación de BP (British Petroleum) después de 2020 la caída de la producción dentro de la UE generará el aumento de la cuota de Gazprom en el mercado", explica el experto.