"Es una realidad política que va a ser imposible de cambiar, porque Rusia va a defender la soberanía de lo que considera su territorio por todos los medios", afirma.
Morales opina que el conflicto en estos momentos tiene difícil solución, aunque se lleve al tribunal internacional de La Haya.
"Rusia y Ucrania tendrían que estar conformes para llevar esta discusión al tribunal internacional y Rusia nunca va a aceptar", estima el experto.
El objetivo sería dar prioridad al conflicto en las regiones separatistas. "La cuestión de la soberanía de Crimea no es una prioridad tan urgente, es un hecho consumado que Crimea ya es parte del territorio de Rusia, aunque Bruselas no reconozca que eso sea legal, es una realidad de facto", recalca Morales.
Por eso, la Unión Europea no puede poner "como condición para negociar sobre Ucrania que se devuelva Crimea".
Morales estima que las sanciones "han sido contraproducentes para ambas partes" porque lo que la UE pretendía era "cambiar la posición de Rusia respecto a Ucrania y eso no ha ocurrido".
Bruselas se ha visto perjudicada por las contramedidas rusas, sobre todo en las importaciones europeas y especialmente en el sector agroalimentario.
La UE ha de ajustar sus objetivos a sus capacidades. "El principal problema en el conflicto de Ucrania es que políticamente la Unión Europea ha fomentado el cambio de Gobierno en Ucrania que supuso el Euromaidán"
La UE defendió esa revolución que llegó al poder hace poco más de un año, "pero no ha querido o no ha podido implicarse militarmente para proteger el territorio de Ucrania, como en el caso Crimea", explica Morales.
"Ahora, la UE intenta presionar sobre Rusia, pero no puede hacerlo militarmente y ya es demasiado tarde para negociar políticamente porque Rusia no confía tampoco en el dialogo con la UE", valora el experto.
El error "que se produjo hace tiempo fue el apoyo político al Euromaidán sin tener después la capacidad de enfrentarse militarmente a Rusia",
"Estamos todavía en la fase de retirada de armamento y que los observadores lo puedan verificar". El paso siguiente es que se acepte esa autonomía para el este de Ucrania "tanto por parte de Kiev como por los separatistas".
Si las milicias no aceptaran permanecer dentro de Ucrania, a pesar de la autonomía, la Unión Europea "mantendría las sanciones para obligar a Rusia a presionar a los rebeldes".
Ucrania, por su parte, sabe que "depende de la Unión Europea, de Estados Unidos y del FMI para la reconstrucción del país y de su propia economía", por lo que será también un factor determinante.
Hasta ahora, el Gobierno ucraniano se ha resistido a negociar con los separatistas, pero Kiev "tiene que ser consciente de que la UE necesita una Ucrania estable y en paz", que no desestabilice el resto de Europa o que pueda poner "en peligro las relaciones de Bruselas con Moscú". Y esto "será determinante", concluye el experto.