Además, una veintena de combatientes rebeldes murieron en enfrentamientos con las fuerzas del presidente sirio, Bashar Asad.
Los combates se han producido principalmente entre el Ejército sirio –respaldado por milicianos del grupo chií libanés Hizbulá– y los islamistas del Frente al Nusra –brazo de Al Qaeda en Siria–, así como con miembros de los denominados Batallones Islámicos.
La mayoría de los combates han tenido lugar en las localidades de Hedantin, Retian y Bianon y en el norte de Alepo, después de que las fuerzas del régimen se hicieran con el pueblo de Bashkwi.
Según fuentes locales, varios civiles habrían muerto por las bombas del régimen sirio en Retian.
En la población de Al Rashdin, las fuerzas de Damasco avanzaron en el barrio de Jamia al Zahra y tomaron el control de varios edificios.
En los combates en Al Sahdin y en los alrededores de Alepo han muerto 18 milicianos de grupos rebeldes y se han confirmado bajas entre las filas del Ejército sirio, pero se desconoce el número exacto.
Los Batallones Islámicos bombardearon varias zonas de la ciudad de Alepo y mataron a 8 civiles e hirieron a 30, según el OSDH.
En Alepo murieron ayer al menos diez personas, entre ellas cuatro menores de edad y otras veinte resultaron heridas por el impacto de varios proyectiles en áreas que controla el régimen de Asad.
La guerra en Siria se ha cobrado la vida de más de 200.000 personas desde que estalló en marzo de 2011, según la ONU.