Una media del 39% respondió negativamente a la pregunta de si los países de la UE podrían compensar a corto plazo el volumen del gas que iba a trasegar el South Stream. El porcentaje de los pesimistas es especialmente elevado en Bulgaria (42%) y Serbia (45%).
Los encuestados están de acuerdo en que tanto la construcción de otro gasoducto como la búsqueda de nuevos proveedores tomarán tiempo. En Austria, cuatro de cada diez entrevistados (43%) consideran sin embargo que será fácil compensar el suministro, si se empieza a trabajar ya con las alternativas. Al mismo tiempo, un 20% piensa que la UE no va a hacerlo.
El sondeo, cuyo margen de error no excede el 3,1%, se realizó entre 3.000 personas, mil por país, con una muestra representativa en términos del género, la edad y el lugar de residencia.
A principios de diciembre, Rusia anunció su decisión de cerrar definitivamente el proyecto de gasoducto South Stream, cuya ruta planeada iba por el fondo del mar Negro hasta Bulgaria y desde ahí hacia los países balcánicos, Hungría, Austria e Italia. El proyecto fue cerrado principalmente por lo que Moscú calificó como postura poco constructiva de la Unión Europea. Como alternativa se propuso construir un gasoducto a través de Turquía para suministrar al mercado del sur de Europa.