El anuncio se hizo mientras la canciller alemana y el presidente francés, François Hollande, estaban reunidos en Kiev con el presidente ucraniano Petró Poroshenko, en un intento de reanimar el plan de paz plasmado en los documentos de Minsk.
"El viernes Merkel y Hollande viajarán a Moscú para abordar con el presidente ruso, Vladímir Putin, la situación en Ucrania. La base de la discusión serán 12 puntos de los acuerdos universales de Minsk, de septiembre de 2014", indica el comunicado.
Anteriormente, la Cancillería ucraniana excluyó la posibilidad de que al encuentro en la capital rusa asista Poroshenko. Tampoco viajará a Moscú el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, que este jueves visitó Kiev.
No obstante, Poroshenko dijo que sus negociaciones con Merkel y Hollande permiten esperar "un resultado en lo concerniente al alto el fuego".
Las milicias de Donbás afirmaron que las reuniones de estos días infunden esperanza para el cese del conflicto armado e inicio de las negociaciones.
El tema de Ucrania, que en las últimas semanas vive una nueva escalada de violencia en el este, también se perfila como principal en la Conferencia de Seguridad de Múnich, que se celebrará del 6 al 8 de febrero.
En un intento de arreglar el conflicto, el sábado pasado se reunió en Minsk el Grupo de Contacto para Ucrania (Rusia, Ucrania, OSCE) con participación de representantes de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Sin embargo, no se logró firmar el documento final sobre el arreglo del conflicto, que, según la ONU, ya ha causado más de 5.300 muertos y más de 12.200 heridos.
El Grupo de Contacto conformado por Rusia, Ucrania y la OSCE celebró en Minsk dos reuniones, el 5 y el 19 de septiembre de 2004. En la primera se acordó un alto el fuego y el canje de prisioneros, así como una serie de pasos políticos para impulsar el diálogo nacional, descentralizar el poder y celebrar elecciones locales en Donbás acorde a las leyes de Ucrania.
En la segunda reunión se firmó un memorando que estipulaba entre otros puntos crear una zona de seguridad de 30 kilómetros, retirar el armamento pesado de esta zona y desplegar una misión de monitoreo de la OSCE.