La confesión de Felipe Rodríguez Salgado, alias El Cepillo, integrante del grupo criminal Guerreros Unidos detenido la semana pasada y señalado por las autoridades como uno de los autores materiales de la desaparición y asesinato de 43 estudiantes de la escuela rural de maestros de Ayotzinapa, fue publicada el viernes por el diario La Jornada con base en el expediente judicial.

El jefe delincuencial confesó haber recibido aquella noche a los alumnos de manos del entonces Secretario de Seguridad Pública de Iguala, Felipe Flores Velázquez, y del Subdirector de Policía de la alcaldía del vecino pueblo de Cocula, César Nava González, según su declaración ante la Procuraduría General de la República (PGR).
El Cepillo rindió su declaración el fin de semana pasado, acusado de delincuencia organizada y dos investigaciones abiertas por la masacre de los jóvenes, quienes habían ocupado dos autobuses para viajar a una manifestación a la Ciudad de México, cuando fueron atacados a balazos por policías y narcos aliados, con saldo de seis muertos y 43 desaparecidos.
Junto con decenas de policías y delincuentes están detenidas la ex asesora jurídica del Secretario de Seguridad Pública de Cocula y dos de sus secretarias, por haber participado en la alteración de los números de patrullas policiales y de los reportes de trabajo de los policías que participaron en el ataque, señala el documento de la PGR publicado.
Los jefes policiacos Flores Velázquez, quien está prófugo, el director de policía de Cocula, Ignacio Aceves, y el subdirector de esa corporación, César Nava, le entregaron "unos 40 jóvenes con la cabeza rapada, y tres más con pelo largo", quienes "iban con las manos amarradas y fueron llevados al lugar agreste conocido como Loma del Coyote".

Antes de ser entregados a los delincuentes de Guerreros Unidos los 43 jóvenes –quienes estaban rapados como novatos de primer año en la escuela- permanecieron varias horas en poder de los policías de esos dos municipios, en las instalaciones de Iguala.
Alrededor de las 11:00 de la noche, el jefe de la pandilla criminal recibió una llamada: "Me dijeron que un grupo de muchachos estaban atacando Iguala, que pretendían quedarse con la plaza (del narcotráfico) y que me iban a entregar tres "paquetes" (sicarios) de un grupo contrario (conocido como Los Rojos), y me entregaron más".
La investigación en la cual hay más de 90 detenidos, señala que mandos de Guerreros Unidos, contactaron a El Cepillo y le ordenaron "desaparecer" a los jóvenes, y se trata de los jefes delincuentes Raúl Núñez y Gildardo López.
El Cepillo confesó haber interrogado por separado a tres estudiantes, creyendo que eran los jefes del grupo de Los Rojos, una banda rival, pero también dijo que todos los jóvenes le dijeron que eran estudiantes.
Otros dos verdugos detenidos en noviembre del año pasado habían confesado que El Cepillo fue quien dirigió el homicidio de los jóvenes, según los expedientes, ordenó que incineraran los cuerpos en un basurero municipal y tiraran los restos al río San Juan de Cocula por orden de los jefes de la banda, Sidronio Casarrubias y Gildardo López.
Dos bolsas con 17 restos humanos fueron recuperadas del río y enviadas a un laboratorio en Austria donde sólo un estudiante ha ido identificado y nuevos estudios iniciados esta semana demorarán tres meses.