"La producción de gas en Europa está disminuyendo, por lo que nos veremos obligados a buscar fuentes y rutas alternativas", dijo Raabe en el foro Gas de Rusia 2014.
La legislación de la UE, continuó Raabe, "es la misma para todos", por lo que las leyes aplicadas a proyectos como Opal o South Stream, "son las mismas que se aplican a los proyectos europeos internos". "No hay discriminación en contra de proyectos relacionados con el gas proveniente de Rusia", subrayó.
Raabe cree que sería perjudicial que Gazprom dejase el mercado de la EU, ya que es muy lucrativo. "La UE ha sido un mercado confiable para los proveedores rusos de la misma forma en que los rusos por mucho tiempo han cumplido con sus envíos (a Europa)", añadió.
"Creo que en los intentos de cambiar las cosas podríamos terminar perdiendo mucho. Debido a los problemas con la legislación podríamos terminar alejándonos", señaló.
Rusia señaló que el proyecto South Stream se había aprobado de forma bilateral con cada uno de los países participantes antes de que la Comisión Europea adoptara un conjunto de normativas conocidas como el tercer paquete energético, pero aún así la UE insistió en aplicar esta normativa de forma retroactiva.
El tercer paquete energético prohíbe, entre otras cosas, que las empresas extractoras de gas sean dueñas de los gasoductos que pasan por la UE.