“Civiles, en su mayor parte varones adultos, eran detenidos por agrupaciones armadas progubernamentales durante allanamientos masivos de viviendas, en puestos de control y hospitales”, indica el documento.
El informe señala que el objetivo de los secuestros perpetrados por los militares progubernamentales es intimidar a los familiares de los que colaboran con la oposición o a los sospechosos de prestar asistencia médica a los rebeldes.
Al mismo tiempo, los insurgentes secuestran determinados grupos de personas y los retienen en calidad de rehenes como a religiosos, periodistas, defensores de derechos humanos y funcionarios de organizaciones humanitarias para pedir rescate o la liberación de rebeldes apresados.
El informe destaca que los hechos enumerados fueron recopilados a partir de entrevistas a los familiares de los secuestrados desde marzo de 2011 hasta noviembre de 2013 y que la comisión no pudo realizar ningún tipo de investigaciones en el territorio sirio.