La resolución del Parlamento Europeo fue tomada el 23 noviembre de 2016 y pretende contrarrestar la supuesta propaganda del Kremlin que, según la posición europea oficial, intenta "distorsionar la verdad, incitar al miedo, provocar dudas y dividir a la UE" a través de medios de comunicación como RT o Sputnik.
En el documento se compara la lucha contra los medios rusos con la batalla contra el grupo terrorista Daesh, y se llama a los países de la UE a financiar proyectos de contrapropaganda.