Al respecto, la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, aseveró que Perú violaría la soberanía del país latinoamericano en caso de entrar a la embajada por la fuerza.
"Violaría todas las leyes internacionales (...). Podemos tener diferencias, pero siempre en el marco de la ley internacional", sentenció la presidenta de México, quien abundó que el asilo a
Chávez es un derecho reconocido por las leyes internacionales de derechos humanos.
"Se pueden tener diferencias y se opina. Ellos tomaron la decisión de romper las relaciones con México, pero una intervención en la Embajada estaría fuera de toda norma", agregó Sheinbaum.
En una entrevista con Sputnik, el doctor en Estudios Latinoamericanos por la UNAM, Aníbal García Fernández, indicó que las embajadas están reglamentadas en la
Convención de Viena, donde se considera que entrar por la fuerza a una de estas oficinas de representación sería
"una violación la soberanía de un país, en este caso, México". El experto recordó que no es la primera vez que ocurre este tipo de actos.
En abril de 2024, el Gobierno de Daniel Noboa entró por la fuerza a la embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, quien se encontraba asilado. A esto hay que sumar la falta de regulación y reacción ante otros conflictos internacionales.
Y es que, explicó, a pesar de que
lo que sucedió con la embajada de México en Ecuador fue denunciado ante instancias internacionales, lo cierto es que el caso parece haber quedado en la impunidad, ya que no ha habido consecuencias.
Al respecto, la doctora en Relaciones Internacionales Claudia Serrano consideró en una charla para este medio que, "desafortunadamente en términos del andamiaje del derecho internacional, los resultados no tienden a ser rápidos y ni eficientes".
"No son procesos que se vayan a resolver en un mes,
sino que pueden postergarse bastantes años. No obstante, para México ha sido importante
el siempre dejar un precedente cuando considera que hay una vulnerabilidad y esto es parte de los fundamentos de su política exterior", agregó.
México se ha caracterizado por ser un país cuya política exterior ve al asilo y al refugio como un acto humanista, el cual ha sido brindado a diversos personajes a lo largo de la historia.
Por ello, el hecho de que
México haya brindado asilo a la ex primera ministra peruana no debe verse como algo extraordinario, señaló en entrevista con este medio la doctora en relaciones internacionales, Ismene Ithaí Bras-Ruiz.
México, consideró la experta, se ha mantenido respetuoso el proceso. Sin embargo, en Perú no gustó la decisión de la Administración mexicana, con la cual ya tenía una crisis diplomática desde que
el expresidente Pedro Castillo (2021-2022) salió del poder.Para Serrano, el actual Gobierno de Jerí en Perú —el séptimo en los últimos 10 años— está tratando de focalizar la atención mediática en
un supuesto conflicto con México, cuando el país debería apostar por atender
la crisis política que enfrenta.
Y es que, a lo largo de 20 años, seis expresidentes peruanos han ido a prisión, sin que ninguno completara su mandato de cinco años.
En medio de los escándalos de corrupción, Pedro Castillo (2021-2022) y Martín Vizcarra (2018-2020) fueron destituidos de sus cargos; Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018) dimitió para evitar un juicio político, y Alan García, que ocupó el cargo en la década de 1980 y 2000, se suicidó en 2019, cuando la Policía fue a detenerlo por un caso de sobornos.
Jerí, abogado de 38 años y miembro del partido de centroderecha Somos Perú, asumió la presidencia del Congreso en julio de este año. Tras la aprobación de la moción de vacancia de
Dina Boluarte en octubre, ejerce temporalmente las funciones de presidente del país, hasta las
elecciones del 12 de abril de 2026. Previamente, se le investigó por una acusación de violación sexual supuestamente ocurrida en diciembre de 2024. En agosto de este año, el fiscal Tomás Gálvez archivó el caso por falta de pruebas.
"No hay que perder de vista que, o al menos así parece, también hay una utilidad en polarizar a ciertos sectores de la ciudadanía, canalizando la atención a un supuesto conflicto con México, más allá de atender sus propias fisuras en cuanto a la democracia (...). Perú viene de una crisis ya constante —de más de una década— que no le ha permitido al país adoptar un proyecto político, ni sentar las bases de su dirección política, además de la parálisis institucional", finalizó la académica.