Desde las primeras horas de la mañana, la concurrencia se acercó para ocupar cada centímetro de la avenida Las Américas de la ciudad boliviana, donde estaba el palco con autoridades gubernamentales y militares. Ante la falta de espacio, los asistentes se subieron a los árboles, alquilaron terrazas, incluso beneficiaron a algunos que vendían asientos a 100 pesos bolivianos (unos 15 dólares), cuando la parada de las FFAA era totalmente gratuita.
El presidente Arce lideró uno de los últimos actos de su gestión, acompañado de la cúpula militar que designó el año pasado, luego del intento de golpe de Estado. En este sentido, su discurso tuvo referencias a este suceso y también al futuro que él desearía para la defensa de la soberanía de Bolivia.
Destacó que en estos tiempos existen sofisticadas amenazas para la seguridad de los estados nacionales, asociadas con el desarrollo tecnológico de los últimos años.
"En un mundo en el que se producen profundas transformaciones geopolíticas, la formulación de políticas y estrategias de defensa deben desarrollarse con una mirada prospectiva hacia el año 2050, considerando los nuevos escenarios geopolíticos, tecnológicos y ecológicos que configuran el entorno internacional", dijo el mandatario.
Evaluó que Bolivia no solamente debe estar preparada para ataques convencionales, sino también para las nuevas formas "híbridas de desestabilización", como "la ciberguerra, la manipulación informativa, el crimen transnacional y la disputa global por materias primarias", advirtió Arce.
"Resulta impostergable proyectar para los siguientes 25 años una nueva política de seguridad y defensa del Estado, inspirada en la soberanía popular, la defensa integral del país y el principio de autodeterminación de los pueblos", agregó.
Y no olvidó que las Fuerzas Armadas bolivianas, como en toda América Latina, tienen un pasado con acciones cuestionables hacia sus poblaciones.
"Durante buena parte del siglo XX la estructura doctrinal de sistema de defensa nacional fue condicionada por doctrinas extranjeras, particularmente de aquellas surgidas al amparo de la Guerra Fría, que promovieron una visión autoritaria y excluyente, subordinada a intereses económicos", estacó.
"Durante largos períodos del pasado, las FFAA fueron orientadas por doctrinas impuestas desde el exterior, que promovieron el control social antes que la defensa de la soberanía, la supresión interna antes que la integración nacional y la obediencia a intereses foráneos antes que la lealtad al pueblo", remarcó Arce.
Por ello, "el diseño de una política de seguridad y defensa del Estado Plurinacional de Bolivia deberá establecer como pilares y valores supremos e irrenunciables la soberanía, democracia, integralidad, prospectiva y participación activa del Estado, pueblo y Fuerzas Armadas", sostuvo el presidente del país sudamericano.
Asimismo, Arce destacó que la seguridad y defensa del Estado deben estar alertas ante amenazas externas y factores internos.
Por lo tanto, "la nueva política de defensa debe consolidar la estabilidad democrática, garantizar la soberanía del voto popular y preservar la institucionalidad de la independencia de los órganos de poder en la interacción coordinada del ejercicio del Gobierno dentro del Estado Plurinacional", subrayó.
Sucre es una ciudad gobernada por el alcalde Enrique Leaño, del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS). Sin embargo, el desfile concentró aparte de la población que rechaza al Gobierno de Arce, por lo cual durante varios tramos de su discurso resonaron fuertes chiflidos de la concurrencia.
El sentir del Bicentenario
Antonia Martínez Daza es del departamento de Tarija, pero desde hace años reside en Sucre. En diálogo con Sputnik, hizo una estimación del futuro de Bolivia más allá de los 200 años, cumplidos el 6 de agosto, Día de la Independencia.
"Seguramente van a estar nuestros nietos nomás. Nosotros ya estamos muy avanzados de edad. Pero ojalá la Bolivia de mañana sea mejor que la de ahora", reflexionó.
Como tarijeña residente en esta ciudad, resaltó que "todos los sucrenses son muy cariñosos en todo aspecto. Fueron muy lindos los desfiles que tuvimos estos días. Agradezco a todos los que han venido de lejos a visitar. Estoy muy feliz de haber estado en los festejos aquí, donde ha nacido Bolivia".
Nadeska Tudor es de la provincia de Salta, Argentina, y vino a Bolivia para participar de los actos del Bicentenario "y para recordar a los héroes que ya se fueron", dijo en una charla para este medio.
Argentina y Bolivia comparten una historia común desde tiempos virreinales e incluso antes, cuando el poderoso imperio Inca abarcaba varias de las actuales naciones de América del Sur.
"Tenemos mucho en común, hemos compartido en el pasado nuestras tierras, también muchas tradiciones", comentó.
Tudor, cuyo papá nació en Bolivia, compartió sus impresiones sobre las inminentes elecciones generales, a realizarse 17 de agosto: "Hablando con la gente, hasta el momento escuché que en su mayoría no saben por quién van a votar, tanto ricos como pobres. No saben si van a votar por la izquierda o por la derecha", expresó.
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