El anuncio de Pierre, quien fue una de las caras más visibles del Gobierno de Biden al ser la secretaria de prensa de la Casa Blanca durante la segunda mitad de su gestión, llega en medio de una serie de defecciones de partidarios demócratas, así como
un creciente número de voces de exfuncionarios y
periodistas cercanos al pasado Gobierno renegando de las políticas del exmandatario.Eso sin mencionar la opinión de
casi un 60% de los americanos de que la anterior Casa Blanca ocultó a la ciudadanía el verdadero estado de salud de Biden, tras la reciente publicación de varios libros que afirman que el deterioro cognitivo y físico del entonces jefe de Estado, que el mes pasado hizo público que padecía de un cáncer de huesos avanzado, era mucho más dramático de lo que se sabía.
El intento de figuras del Partido Demócrata como Karine Jean-Pierre o el exsecretario de Transporte, Pete Buttigieg —quien declaró semanas atrás que haber nominado a Biden "quizás haya sido un error"—, de distanciarse del impopular exmandatario es una estrategia "no solo cínica, sino también muy limitada y seguramente destinada al fracaso", según explica para Sputnik el internacionalista Samuel Losada, egresado de la Universidad de Belgrano.
Sin embargo, señala Losada, el problema de la estrategia de aprovechar el descrédito del presidente para cargarle toda la culpa de la impopularidad de los demócratas es que reemplaza a lo que verdaderamente deberían estar dedicándose, que es hacer una autocrítica sobre por qué las políticas de la formación generan cada vez más rechazo entre el electorado de EEUU.
"Es cierto que Biden fue un presidente poco apropiado para los tiempos hipermediáticos que vivimos, porque para ocultar sus evidentes limitaciones, sus asesores lo tenían prácticamente secuestrado y lejos de las cámaras y los votantes, mientras que Trump, incluso fuera del poder, no dejó de monopolizar toda la atención a base de tuits, mítines y hasta comparecencias judiciales", añade.
Pero eso, en su visión, la decrepitud de Biden no explica completamente el enorme fracaso electoral de los demócratas en las últimas elecciones, que cayeron derrotados todos los estados en disputa (swing states) pese a ser el partido del Gobierno, tener a su disposición considerables más fondos para hacer campaña que los republicanos y tener enfrente un adversario (Trump) con altos números de desaprobación entre la ciudadanía.
En ese sentido, el experto en asuntos internacionales Matías Flaco, egresado de la Universidad de Palermo, le dijo a Sputnik que los demócratas "siguen creyendo que si Biden no se hubiera presentado a la reelección, o si hubiese tenido más tiempo Kamala Harris —u otro candidato— de hacer campaña en el 2024, ellos hubiesen ganado las elecciones, algo que todas las encuestas exhiben que eso no es así, porque son percibidos por una mayoría del electorado como un partido elitista y corrupto".
"Si vos sumás la inflación alta que hubo durante casi todo el Gobierno de Biden, la pérdida del voto joven y progresista causado por su política exterior intervencionista, la pérdida del voto masculino y de clase obrera por la falta de una visión audaz y la preferencia por la corrección política, es bastante claro que los demócratas no iban a ganar. Y ahora, nuevamente enfocándose exclusivamente en distanciarse de Biden están cometiendo el mismo error, es decir, en criticar y no proponer nada distinto o mejor. Así, sin aprender nada de por qué son cada vez menos aceptados, es poco probable que los demócratas vuelvan al poder pronto", concluye.