Tras la conversación que mantuvo con Putin, luego de los asesinatos a civiles rusos y los ataques contra la aviación estratégica de Rusia por parte del régimen terrorista de Volodímir Zelenski, Trump lanzó una publicación en su perfil de su red social Truth Social, la cual fue interpretada por sus enemigos como una suerte de descargo.
Lo que tal vez Trump nunca se esperó es que alguno de los autorizados a administrar su red social —cuyos permisos evidentemente concedió el propio Trump— en aquellos momentos en los que él personalmente no puede postear, llegó al extremo de censurar su publicación y borrarla. Algo que se puede deducir: tras ser borrada, volvió a ser subida con exactamente el mismo texto sin modificaciones, con una diferencia de aproximadamente una hora.
Para el analista de medios Paco Arnau, "no parece algo anecdótico que ese post una vez fuera publicado, al poco tiempo fuera borrado, y que luego tuvieran que volver a publicarlo". "A alguna 'mano negra' parece que no le interesó ese post de Trump y luego se dieron cuenta", esgrime el experto.
"Esto da un poco la medida de lo que está pasando a nivel interno en la Administración Trump y en EEUU, que, por una parte, los tenemos con un discurso proclive a hablar con Rusia, a negociar y a dialogar, y, por otra parte, tenemos a fuerzas, lo que llaman el Deep State [Estado profundo] que están dentro de la Administración Trump y en el que está implicado el Pentágono, sin ninguna duda, que rema en el sentido contrario", sostiene el también analista internacional.
Arnau añade que el hecho de que se borre este tipo de publicación "ya da una indicación, porque pueden interpretar que Trump estaba de alguna forma justificando que Rusia ejerciera su derecho a dar una respuesta a los ataques a instalaciones, que no olvidemos, fueron sobre fuerzas nucleares, y que según la renovada doctrina estratégica de Rusia, ese tipo de ataques a fuerzas nucleares, podrían ser considerados susceptibles de una respuesta nuclear, porque están jugando con fuego".
"Al final, yo creo que hay un sector de la Administración Trump, quizá encabezado por el propio Trump, que quiere racionalizar un poco el asunto de Europa para que no se vaya de las manos, sobre todo a EEUU, porque sigue teniendo intereses en Europa, y bases militares y presencia efectiva. Y luego tenemos un sector del Estado profundo estadounidense que sigue intentando aplicar la continuidad de las políticas de la anterior Administración Biden, que eran: guerra, guerra y más guerra", concluye Arnau.