"Se ha establecido un grupo de trabajo [entre Brasil y EEUU] y estamos estudiando mejor esa operación, como vuelos directos [sin escalas en otros países] y aviones mejores (…) tenemos interés en traer a los brasileños de vuelta lo antes posible y ellos [por EEUU] también tienen interés en mandar las personas", explicó el canciller en una entrevista con el diario O Globo.
La semana pasada, un grupo de 88 brasileños llegó a Belo Horizonte (sureste de Brasil) procedente de EEUU en un vuelo de larga duración, con escala en Manaos (norte), en condiciones precarias, atados de pies y manos.
El Gobierno brasileño consideró el trato degradante y afirmó que incumplía los términos del acuerdo de deportaciones que se firmó con EEUU en 2018, por lo que pidió explicaciones al máximo representante de la Embajada de Estados Unidos en Brasilia.
El canciller subrayó que en 2018 se estableció un determinado flujo mensual y que se trataría a las personas con dignidad, pero añadió que lo que ocurrió fue "un cúmulo de errores y un problema específico en uno de esos vuelos".
Vieira lamentó que los inmigrantes desembarcaran en Brasil esposados, que faltara comida en un viaje tan largo y que EEUU incumplieran el acuerdo de avisar de los vuelos con una antelación mínima de cinco días.
También aseguró que se trata de un problema que es mejor tratar de forma "bilateral" y no de forma coordinada con otros países latinoamericanos, porque cada uno tiene un número muy diferente de inmigrantes en situación irregular en EEUU, así como lazos diplomáticos distintos con la nación norteamericana.
Además, aseguró que la operación Acogida, que recibe a inmigrantes venezolanos en la frontera norte de Brasil, no será paralizada a pesar de que EEUU haya anunciado que hará más aportes humanitarios a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
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