En el primero de dichos artículos periodísticos, publicado a inicios de diciembre, el medio acusó que estudiantes mexicanos de química son reclutados por el
cartel de Sinaloa para que trabajen en laboratorios de
elaboración de fentanilo.
Al respecto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, negó la versión y señaló que "esto que sale en The New York Times, de que son jóvenes mexicanos, estudiantes de química, que están desarrollando las drogas, no necesariamente, empezó en otro lado. Que yo sepa, que haya visto, es una serie de televisión de EEUU que, de alguna manera, muestra cómo un profesor de química, y además, como si eso fuera bueno, se involucra en la producción y venta de droga [en referencia a Breaking Bad]".
El 26 de diciembre pasado, el periódico señaló que los carteles nacionales estarían usando a mexicanos sin hogar y animales para probar nuevas versiones de fentanilo. En tanto, en el reportaje dado a conocer el 29 de diciembre, el
NYT expuso fotografías y entrevistas con personas del
cartel de Sinaloa que se dedicarían a fabricar fentanilo. En las imágenes, se observarían los laboratorios clandestinos empleados por el crimen organizado.
De acuerdo con la mandataria, "no es muy creíble este reportaje por cómo se está presentando y lo vamos a demostrar científicamente". Para ello, la presidenta mexicana indicó que, en las siguientes semanas, se presentará el proceso de cómo se produce el opioide en su rueda de prensa.
"Es muy distinto [el proceso, no como lo muestra el
NYT], aunque sea una droga que hay que combatir y se han hecho muchas incautaciones de laboratorios de metanfetaminas también (...). Una cosa es la producción de metanfetaminas y otra muy distinta
es la de fentanilo", refirió.
De acuerdo con el periodista y analista mexicano Gabriel Infante, la publicación de los reportajes sobre cómo, supuestamente, opera el narcotráfico mexicano, específicamente, en
la producción del fentanilo, es una muestra más de los intereses políticos que predominan en los medios occidentales.
Y es que la publicación de los reportajes se da, justamente, en medio de una serie de amagos por parte del presidente electo de EEUU contra México en materia de seguridad, como la promesa de
clasificar a los carteles del narcotráfico como terroristas, así como la imposición de aranceles si no se frena el trasiego de droga a EEUU.
Asimismo, el periodista mexicano apuntó que las acciones del Gobierno del expresidente, Andrés Manuel López Obrador, quien limitó el margen de maniobra de las Oficinas de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), no han gustado a las autoridades estadounidenses.
"Esto no les gusta (...) Lo que publica el New York Times, que tiene una proyección más bien internacional, lo retoman otros medios y se hace un escándalo mediático, pero claramente tiene intención de pintar que no puede México con el narcotráfico, aunque vemos que los reportajes son fáciles de refutar", concluyó.