La histórica disputa entre Argentina y el Reino Unido por la soberanía sobre las Islas Malvinas sumó un nuevo capítulo con el silencio de Buenos Aires ante la visita de un alto funcionario británico al archipiélago sudamericano. Si bien no se trata del primer viaje de una autoridad de este calibre, el episodio refuerza el control de Londres sobre el territorio.
Luke Pollard, ministro de las Fuerzas Armadas británico, viajó para homenajear a los combatientes ingleses caídos durante la guerra que en 1982 enfrentó a Londres con Buenos Aires, y que terminaría de consolidar una ocupación que el país latinoamericano denuncia como ilegítima. Ante medios internacionales, expresó: "Queremos una relación productiva con la Argentina, pero el mensaje inequívoco es que las islas son británicas".
La visita del funcionario se inscribió en el marco del Día del Recuerdo (Remembrance Day) —fijado en la fecha del final de la Primera Guerra Mundial—, en el que se conmemora a los fallecidos en todos los conflictos bélicos de la historia británica.
El viaje de Pollard, que coincidió con la
creciente militarización de las islas a partir del arribo del portaaviones británico
HMS Queen Elizabeth, suscitó inmediato repudio en el país, aunque la Cancillería conducida por el ministro
Gerardo Werthein decidió guardar silencio.
"Tengo una sensación pesimista. Está imperando cada vez más el principio de realidad: de facto, el control sobre las islas está en manos del Gobierno del Reino Unido", dijo a Sputnik Rodrigo Ventura de Marco, analista internacional argentino. El experto señaló que "Londres viene desplegando un interés en las islas"
La mirada no apunta solamente a Londres. Según el especialista, la atención también debe posarse sobre el Gobierno de Javier Milei: "Es imposible pensar esta visita sin cierta pasividad de Argentina. Hay una aquiescencia total de la Cancillería, que ha decidido no repudiar el episodio".
Antecedentes recientes podrían respaldar la posición del experto. Uno de los episodios más controvertidos tuvo lugar hace apenas semanas, cuando el Gobierno emitió un comunicado en el que llamó "Falklands" a las Malvinas (denominación utilizada por los británicos). "Se está revitalizando cierta 'desmalvinización': desde la diplomacia pareciera haber casi desinterés por el tema", precisó el investigador.
Para Ventura de Marco, la presencia de un funcionario de alto rango explicita la relevancia que las Malvinas tienen para el Reino Unido, que excede con creces el factor simbólico de la disputa con Argentina. "El control de las Islas supone el manejo de rutas comerciales estratégicas a nivel global. Esto permite un despliegue marítimo mucho mayor, y por eso hay bases británicas alrededor de todo el mundo", explicó.
El potencial de los
recursos naturales de las Malvinas resulta de especial interés para Londres, que incluso llamó a una consulta popular para
habilitar la explotación de petróleo en un yacimiento que podría generar
300 millones de barriles en 30 años.El llamado a las urnas para los isleños constituye una herramienta frecuentemente utilizada por la Corona, que apela a plebiscitos, como el realizado en 2013, cuando los residentes en las Malvinas votaron para "permanecer como territorio de ultramar del Reino Unido". Consultado al respecto, Ventura de Marco afirmó que "el principio de autodeterminación no aplica, porque esta es una población inglesa implantada en las islas, por lo que no es una tercera parte legítima".
Sin embargo, el analista destacó que la
presión internacional "puede surtir efecto favorable para Argentina". Al respecto existe un antecedente directo: el entendimiento entre Londres e Islas Mauricio para la
devolución del archipiélago de Chagos. Consultado al respecto, el experto se mostró cauto:
"La noticia de Chagos es un muy buen precedente, pero las Malvinas no representan lo mismo que ese archipiélago".