Cinco problemas internos de EEUU que podrían ser decisivos para las elecciones

Estados Unidos está a menos de una semana de las elecciones presidenciales que decidirán si continúa la administración demócrata, liderada por Kamala Harris, o si vuelven al poder los republicanos, de nuevo liderados por Donald Trump.

Aunque la agenda exterior ha dominado gran parte de la campaña de ambos candidatos, es bien sabido entre los analistas que lo que decide una elección son los problemas más cercanos a la vida cotidiana de la población.

Sputnik enumera cinco problemas domésticos que pueden ser decisivos en los resultados, muchos de ellos provocados por la política de intervención de Washington en otros países.

Aunque la inflación se ha ralentizado desde su pico en 2022, cuando alcanzó el 9,1%, el más alto en 40 años, sigue erosionando el poder adquisitivo de la población estadounidense. En septiembre, el índice se situó en el 2,5%, por encima del 2,3% esperado por el mercado.

Tras la llegada al poder de Joe Biden, que tenía la recuperación económica como una de sus banderas, los votantes esperaban que la inflación se enfriara tras cuatro años de subidas consecutivas. Sin embargo, el aumento de la inflación ha persistido, afectando a los precios de los alimentos y provocando actualmente que los trabajadores se endeuden o pidan préstamos para llegar a fin de mes.

En septiembre, el Departamento de Trabajo informó de que la tasa de desempleo estadounidense había descendido al 4,2%, con 142.000 puestos de trabajo vacantes en agosto. La cifra, sin embargo, fue inferior a la esperada por el mercado, que había previsto la creación de 160.000 puestos de trabajo.

Los datos del departamento señalan que, a pesar del ligero descenso, todavía hay 7,1 millones de desempleados en el país, lo que explica el aumento del número de solicitudes de prestaciones por desempleo, que se situaron en 230.000 en septiembre, frente a las 227.000 de finales de agosto.

La deuda pública estadounidense superó por primera vez este año la barrera de los 35 billones de dólares, según los datos publicados en agosto por el Departamento del Tesoro. La cantidad comenzó a aumentar durante el gasto necesario para contener los efectos de la pandemia, pero ha continuado durante la actual administración.

En julio, el presidente del Comité Presupuestario de la Cámara de Representantes estadounidense, Jodey Arrington, calificó la deuda pública de "hito alarmante" y pidió más responsabilidad fiscal en el gasto público.

Sin duda uno de los puntos más delicados de la política estadounidense, la inmigración ha provocado un enfrentamiento entre el presidente Joe Biden y el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, por la entrada de personas a través de la frontera de Estados Unidos con México, que ha aumentado exponencialmente en los últimos cuatro años.

La actual política del gobierno estadounidense para frenar la inmigración se considera un fracaso. Según una encuesta publicada en mayo, alrededor de 1,6 millones de inmigrantes han conseguido entrar ilegalmente en Estados Unidos a través de la frontera sur del país.

Las presiones contra el apoyo estadounidense a la ofensiva israelí y al envío de ayuda a Ucrania también podrían tener un impacto en la carrera electoral. Y es que, aunque se trata de cuestiones externas, tienen un impacto directo en la inflación y en la capacidad de defensa de EEUU, ya que los prolongados conflictos han ido agotando los arsenales del país.

Estados Unidos ha gastado más de 1.800 millones de dólares en interceptores desde que comenzó la ofensiva israelí y mantiene un flujo continuo de armas hacia Ucrania. Recientemente, un artículo del Washington Post advertía de que EEUU no ha desarrollado una base industrial de defensa diseñada para una guerra de desgaste a gran escala en Europa y Oriente Medio.