A principios de octubre, con el pretexto de la toma de posesión de la presidenta mexicana,
Claudia Sheinbaum, el primer mandatario brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, y empresarios brasileños visitaron México y uno de los principales temas abordados por los emprendedores sudamericanos fue una
posible alianza con el sector automotriz mexicano.
Al participar en el Foro Empresarial México-Brasil, realizado el pasado 1 de octubre en Ciudad de México, representantes de la industria automotriz y de autopartes de México y Brasil coincidieron en que ambas naciones, que son los principales representantes de esos sectores en la región, podrían alcanzar un mayor intercambio que podría beneficiar a ambos países.
Actualmente, el intercambio entre los sectores automotrices de
México y Brasil está influenciado por el
Acuerdo de Complementación Económica No. 55 (ACE 55), que se firmó en 2002. Este acuerdo permite la reducción recíproca de aranceles/impuestos sobre automóviles y autopartes, con el objetivo de fomentar el comercio y la integración económica entre los dos países.
Sin embargo, actualmente el comercio en materia automotriz entre las dos potencias latinoamericanas no es tan sustancioso, pues, según
datos de la Secretaría de Economía (SE), las
ventas internacionales de vehículos de México se concentran en Estados Unidos, con 129.680 millones de dólares en 2023; mientras que en el caso de Brasil la cifra asciende a 1.706 millones de dólares que representaron apenas el 1,09% de las exportaciones de autos fabricados en territorio mexicano.
En el otro frente, de acuerdo también con cifras de la SE, el año pasado, México invirtió 2.411 millones de dólares en comprar vehículos fabricados por Brasil, lo que representó un 4% de sus importaciones, en las que también domina Estados Unidos con compras por 24.520 millones de dólares, lo que significa el 40,7%; es decir, tanto las exportaciones e importaciones de vehículos mexicanas son dominadas por su vecino del norte.
Sin embargo, aunque los empresarios de ambos países se mostraron entusiasmados ante un mayor intercambio comercial entre Brasil y México, los expertos coinciden en que una mayor integración entre las industrias automotrices de las dos potencias latinoamericanas tiene sus desafíos.
Unos de los principales es que el sector automotriz de Brasil está muy enfocado al mercado interno y a mercados regionales. "La industria automovilística brasileña está más centrada en el mercado nacional y en Mercosur, y exporta una parte menor de su producción", explica Frateschi.
Pero el analista mexicano Roy va más allá y considera que Brasil en realidad es proteccionista en ese mercado e incluso sostiene que el país sudamericano tendría intenciones de exportar a Estados Unidos tanto como México lo hace actualmente.
Pese a las dificultades mencionadas, México y Brasil siguen teniendo un importante potencial para aumentar su intercambio comercial en materia de vehículos y autopartes para fortalecer esa industria relevante en la región de América Latina.
El experto brasileño explica que para lograr una mayor integración en materia automotriz, ambos países podrían explorar varias vías, como trabajar en la diversificación de la gama de vehículos y piezas que comercializan, centrándose en los puntos fuertes de cada industria; las inversiones colaborativas en investigación y desarrollo que podrían conducir a la creación de nuevas tecnologías automotrices que atiendan las necesidades de ambos mercados.
De igual forma, agrega el experto, podrían apostar a la integración de la cadena de suministro a través empresas conjuntas o asociaciones entre empresas automotrices de ambos países; así mismo, la implementación de medidas para simplificar los procedimientos aduaneros y reducir las barreras logísticas podría mejorar el flujo de productos automotrices entre los dos países, añade Frateschi.
Por su parte, el analista mexicano considera que las industrias automotrices de México y
Brasil podrían integrarse más gracias a los
diferentes vehículos que produce cada uno de ellos. Roy explica que Brasil es experto en automóviles de bajo precio, mientras México se ha especializado en fabricar vehículos mucho más equipados, que podrían enviar al mercado brasileño.
"Brasil es experto en coches de bajo precio, de bajo costo (...) y México fabrica vehículos de mayor valor agregado, eso le podemos ofrecer a Brasil", concluye César Roy