La decisión del Supremo Tribunal Federal de Brasil que anuló las condenas contra el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) podría ser considerada como "un golpe al lawfare", dijo a Sputnik la politóloga argentina Silvina Romano, investigadora del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag). Aún así, la estrategia de los opositores contra Lula fue exitosa cuando debió serla.
El lawfare —término con el que analistas han denominado al proceso de utilización de la justicia como herramienta política— es uno de los temas en los que Romano se ha especializado, al punto de integrar el Observatorio de Lawfare del Celag ese centro de estudios. En diálogo con Sputnik, la experta recordó que puede, si bien el lawfare se produce en el ámbito judicial, su acción se dará siempre "en lo político, lo económico y lo geopolítico".
En ese sentido, Romano sostuvo que se trata de "una estrategia mediático-judicial pero que tiene el objetivo de incidir en la política". Por ese motivo, este tipo de acciones "actúan en determinados momentos políticos, tienen un timing político clave". En el caso del expresidente brasileño, ese tiempo político eran las elecciones nacionales de 2018, en las que triunfó Jair Bolsonaro y el líder del Partido de los Trabajadores no pudo participar.
"Lo importante era quitar a Lula de las elecciones pasadas. Eso se logró y no solo se logró sino que se pudo generar una especie de Brasil donde están todos contra todos en una guerra contra la corrupción que no está ordenada", sintetizó Romano.
La especialista acotó que, en ese "gran desorden" en el que está sumido el sistema político brasileño, "han sufrido millones de trabajadores, se han desarticulado empresas estatales y Brasil perdió su rol de potencia emergente".
Por eso, Romano advierte que, en última instancia, el lawfare contra Lula tuvo "el efecto deseado" y, a pesar de que la anulación de la condena pueda verse como un golpe a este tipo de estrategia, una maniobra similar "podría volver a aplicarse a menos que cambien mucho las condiciones estructurales, políticas y culturales" que facilitan las operaciones de "un aparato judicial de élites encumbrado" en sintonía con medios de comunicación hegemónicos.
18 de febrero 2021, 20:35 GMT
En efecto, el destino definitivo de Lula ante la Justicia puede no ser del todo importante para los impulsores de la maniobra que lo puso tras las rejas. Según Romano, cuando se produce el lawfare "si esa persona va a la cárcel o no es importante pero no es lo principal, lo principal es quitarlo del juego político".
La experta señaló que las herramientas clave en este proceso son la "criminalización" y la "desmoralización" de los líderes políticos atacados por el lawfare. "El objetivo es desmoralizar a determinados líderes frente a la opinión pública, que se transforma en el primer tribunal, sin tener pruebas y sin avocarse al debido proceso", puntualizó.
El éxito del lawfare es, comentó Romano, que logra su objetivo en el tribunal de la opinión pública, aún cuando no consiga, en última instancia, una condena legal o jurídica.
¿Se puede vencer al 'lawfare'?
La aparente efectividad de la guerra judicial abre la interrogante sobre si sus víctimas pueden rehacer sus carreras políticas una vez que son marginados electoralmente, como el caso de Lula. Para Romano, el dos veces presidente de Brasil solo podrá reconstruir su capital político si consigue convencer a los brasileños de que fue víctima de una maniobra política.
"Líderes como Lula pueden recuperar su capital político frente a la opinión pública en la medida que pueda mostrar y desentrañar el modo en que opera este aparato judicial. Debe plantear esto y sostenerlo en la opinión pública. Ahí está la batalla", advirtió.
El otro pilar de la recuperación, según Romano, es que las víctimas del lawfare "recuperen su rol de líderes vinculados a las bases" populares y que, en ese proceso, "demuestren que son diferentes a los que están en esos aparatos judiciales, encumbrados, tan lejos de la gente de a pie". Los referentes del progresismo tendrían también que reivindicar que la democracia es "inclusión económica, política y social y no una cuestión de formalidades, que es a lo que apunta el entramado del lawfare".
Así como la operación judicial contra Lula permitió el avance de la derecha en Brasil, Sudamérica muestra ejemplos donde, a pesar del ataque judicial a líderes populares, sus formaciones políticas pueden recuperarse y acercarse nuevamente al poder. Uno de los ejemplos más claros es la victoria de Luis Arce en Bolivia, tras los ataques y el golpe de Estado contra Evo Morales (2006-2019) o la de Alberto Fernández en Argentina, a pesar de la persecución judicial contra Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015). El crecimiento electoral de Andrés Arauz en Ecuador puede ser otro ejemplo, teniendo en cuenta las operaciones de lawfare contra el expresidente Rafael Correa (2007-2017).
Para Romano, estos casos muestran que los progresismos latinoamericanos "pudieron dar la vuelta o esquivar el lawfare" aunque, a pesar de eso, el lawfare "sigue ahí". Por eso, para la analista es crucial que estos gobiernos no pierdan de vista este tipo de prácticas y busquen formas de evitar que vuelvan a ser aplicadas.
"El desafío que tienen estos gobiernos es revertir estas tendencias, lograr que los aparatos judiciales forme parte de democracias sustantivas, inclusivas en lo económico, lo político y lo social y no queden aislados en una especie de torre de marfil que juzga lo que sucede en la política, definiendo los caminos de millones de personas", sintetizó.