La ozonoterapia es un viejo tratamiento que se descubrió en Alemania en 1840, pero que pocos países lo tienen regularizado e incluido en su sistema público de salud.
"Logramos que el Hospital Viamed Virgen de la Paloma de Madrid nos abriera las puertas. Di una conferencia a la dirección del hospital y a todos los jefes de servicio, le dimos toda la documentación y, como este tratamiento no hacía interferencia con ningún tratamiento farmacológico que los pacientes con COVID-19 llevaban, entonces ellos nos dieron vía libre para entrar", explica la doctora Schwartz, presidenta de la Asociación Española de Profesionales Médicos en Ozonoterapia y de la Federación Internacional de Ozonoterapia.
Fue así como un equipo médico, bajo la dirección de la doctora Schwartz y que trabajó de forma totalmente gratuita, administró alrededor de 600 tratamientos de solución salina ozonizada de manera complementaria a pacientes que llevaban entre quince días y un mes hospitalizados por coronavirus.
"Cuando llegamos estaban todos los pacientes con soporte de oxígeno y la mayoría en posición boca abajo porque no podían respirar. A las 48 horas todos esos pacientes estaban ya sentados y muchos de ellos comiendo", indica la doctora Schwartz, doctora en Medicina de la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos, Moscú.
Según los resultados de este estudio, el tratamiento complementario de solución salina ozonizada mejora el metabolismo del oxígeno, disminuye el estrés oxidativo, actúa como un "potente antiinflamatorio" y como antiagregante plaquetario que evita la formación de trombos.
"El protocolo consistía en 10 días de tratamiento, pero esa fue la teoría, porque la práctica fue mucho más rápida. Los pacientes respondieron rapidísimo y ninguno llegó a recibir los 10 tratamientos, por lo tanto, el reciclaje de tratamiento fue mucho mayor. Al quinto día ya estábamos dando altas, con unos laboratorios de bajo riesgo, curados no estaban, claro que no, pero con unos laboratorios de bajo riesgo que les permitía seguir haciendo su seguimiento ambulatorio, aislados en su casa. El que más recibió tratamiento llegó a ocho dosis y no hizo falta más", detalla la doctora Schwartz.
Además, de aplicarlo como tratamiento de sostén, el equipo médico dirigido por la doctora Schwartz también lo utilizó de forma profiláctica.
De acuerdo con las conclusiones del estudio, este tratamiento con ozonoterapia también ayudaría a tratar los daños colaterales que deja el coronavirus, como los trombos pulmonares.
Y aunque son muchos los beneficios que detallan sobre este tratamiento también alertan que no es recomendado para todos. Excluyen a las personas que sufren de favismo, una enfermedad que tiende a hacer hemorragias por la falta de fosfato deshidrogenasa, a las embarazadas, a personas que hayan sufrido un infarto de miocardio agudo reciente y a los que tengan estados epilépticos en curso.
Los resultados de este estudio ya fueron comunicados a las autoridades sanitarias de España y formará parte de un artículo de investigación científico que tiene previsto publicarse en septiembre. Será el tiempo el que dirá si este tratamiento se incluirá o no en el Sistema Nacional de Salud. Por el momento, los interesados deberán informarse a través de la Asociación Española de Profesionales Médicos en Ozonoterapia cuáles son los centros de salud que ofrecen este tratamiento.
La doctora Schwartz insiste que no pide suplantar un tratamiento por otro, sino ampliar el abanico de posibilidades para garantizar la atención en aquellos países que no tienen posibilidad de costear un tratamiento tan costoso.
"A mí eso me sobrecoge tremendamente y mire la cantidad de gente que está cayendo. En América Latina actualmente las muertes son exponenciales y hay muchos países que, en algunos casos, ni oxígeno suficiente tienen. Esa es una realidad que parte el alma", confiesa Schwartz.