Y fuentes recogidas por el diario El País apuntaron que "tras permanecer atado más de media hora", todo indicaba que "el chaval" había muerto "de un infarto". "No presenta signos de violencia. Habrá que esperar el resultado de los análisis toxicológicos", agregaron, "pero estaba agresivo y aplicaron el protocolo de contención".
Al final, el caso se archivó el pasado mes de enero como "muerte violenta accidental". La familia recurrió. Y esta semana se ha desvelado el vídeo grabado por una cámara de seguridad del centro después de que se hiciera público tras formar parte del secreto de sumario en el juzgado de Purchena, en Almería. Las imágenes dan a entender que el joven no opone resistencia. Desde la asociación Ginso (la mencionada empresa titular) no han prestado declaraciones a petición de Sputnik.
Sí que se contempla a uno de los agentes de seguridad del centro —una vez tumbado el chico boca abajo y maniatado en la cama— coloca su rodilla y le oprime con su peso en alguna zona próxima a la cabeza. Así se mantiene lo que dura la grabación y responde a la aplicación del controvertido "protocolo de contención mecánica".
Después, cuando se van retirando los responsables de seguridad, tratan de comprobar si tiene pulso. Por último, el responsable-tutor del centro llama por teléfono. Presumiblemente a una doctora. La misma que —según los documentos citados por el medio español— comprueba que el joven no respira y ordena que le desaten y que comiencen unas infructuosas técnicas de reanimación en un pasillo.
Una política de actuación que la autoridad encargada desestimó, frente al "posible homicidio" que defendía el abogado de la familia. Ni siquiera se valoró: la juez solo entró a analizar si se había actuado de acuerdo a él. A pesar de que Ginso tenía antecedentes en la justicia: acarrea denuncias, incidentes y más de una muerte tras la aplicación de este tipo de medidas.
Precisamente, el director, Manuel Madrid Saavedra, abandonó el puesto el pasado 8 de junio, tras la liberalización de las imágenes. El diario local La Comarca sacó a la luz la escueta carta de dimisión, dirigida al vicepresidente de Ginso, Enrique Tuñón Serrano.
En ella, Madrid Saavedra expone: "Mi dimisión y cese en mi puesto de trabajo por motivos personales, familiares y por agotamiento físico y psicológico y para salvaguardar el trabajo y buena imagen de mi centro, de los trabajadores y de mi asociación".