La joven, trasladada a un centro de menores de la Península Ibérica, relató en su denuncia que acudió al piso de Camp Redó, donde se celebraba una fiesta, con una amiga. Allí, su compañera intimidó a la víctima para que mantuviera relaciones sexuales con un grupo de menores. La noche acabó con una agresión sexual, por la que fueron detenidos seis menores y un adulto de 19 años, este último ya en libertad tras declarar que se fue del inmueble nada más llegar.
Según el atestado del caso, horas antes, la víctima y su amiga habían estado en un bar del barrio palmesano de Son Gotleu, donde les ofrecieron prostituirse. Ella se negó, sin embargo, sus palabras cayeron como una bomba sobre el archipiélago. Y es que el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) desveló que tenía constancia de 16 casos de explotación sexual infantil, algunos antes de llegar a los centros de acogida, otros durante su estancia.
Quiero reiterar mis pensamientos sobre Mallorca. La tragedia espantosa de los niños y las niñas tuteladas por el Estado en Baleares necesita una investigación completa, independiente y exhaustiva realizada por expertos en protección infantil.
— James Rhodes (@JRhodesPianist) February 20, 2020
Asunto que ya está investigando la Fiscalía de Baleares y que, además de los menores implicados, se salda, de momento, con la detención de dos personas que ofrecían niñas menores a hombres para mantener relaciones sexuales. A uno de ellos, además se le acusa de abusar sexualmente de otra menor.
La vulnerabilidad de los menores tutelados a causa de la ausencia de una figura familiar es algo que también remarca Joan Marc Tur, psicólogo y exdirector de la Oficina del Menor de Baleares. Las experiencias personales de cada uno de ellos, unidas a la influencia de la pornografía o las nuevas aplicaciones de contacto, forman un caldo de cultivo que puede desembocar en casos como el de Mallorca. El detonante serían las fugas de los menores de los propios centros y el escaso control de sus salidas y entradas:
"En la memoria que presentamos la Oficina Balear de la Infància i l'Adolescència en 2016 a los grupos del Parlament Balear, mencionamos la relación entre las fugas y la explotación infantil. Lo expusimos hace 4 años, aunque nadie hizo caso", comentó Tur.
Pereda y Tur vuelven a coincidir en un aspecto: la falta de preparación del personal de los centros de acogida. La profesora de la Universidad de Barcelona explicó que "no están adecuadamente formados", principalmente por la ausencia de cursos sobre "victimización, efectos de la violencia en los niños y niñas o programas de prevención e intervención". Y es que, según argumentó, un menor maltratado o abandonado necesita un "nuevo vínculo" con un adulto que le permita volver a confiar en sí mismo, en los demás y en el futuro. Joan Marc Tur fue director de un centro de menores y sabe el complicado papel de los educadores y lo difícil que es encontrarlos: "Por lo general, nos encontramos con gente poco especializada, muy joven y que no aguanta más de un año en el trabajo. Hace falta un plan de estabilidad laboral y una mejora de los salarios para que puedan mantenerse en su puesto. Ellos ejercen de 'madre' o 'padre' de los menores, son su familia y si están poco tiempo, los menores no se pueden acostumbrar a ellos".
Pereda es más escéptica con los centros y cree que solo las familias que estén preparadas para recibir un menor pueden fomentar su recuperación.
"En los centros, ni hay tiempo, ni educadores suficientes, ni formación para ello. Solo pueden recuperarse en familias que estén preparadas para acoger y aceptar a un niño o niña altamente vulnerables. Si no se cuidan los vínculos y se sigue pensando en ellos como niños a quienes reformar, controlar su conducta, reeducar, estaremos cometiendo el mismo error que nos ha llevado hasta aquí. Esta situación sólo es prevenible si empezamos a aceptar y entender el trauma complejo que presentan estos niños y que sólo se repara desde el afecto y el vínculo".
Juego político
Esta denuncia por violación se ha convertido en el último rifirrafe en la política balear. "Creo que se ha convertido en un juego político. Solo hay reproches. Me parece, como mínimo, incómodo", admitió Tur.
Críticas que lanzan también al Govern de les Illes Balears-gobernado por la misma coalición que el Consell de Mallorca-, a su presidenta, Francina Armengol, y a la consellera balear de Asuntos Sociales, Fina Santiago, de la que piden su dimisión. Es más, la tensión llegó al Congreso de los Diputados, de la mano de las diputadas del PP, Margarita Prohens, y la de Vox, Mireia Borrás, quienes denunciaron la situación en el archipiélago.
“Que estemos hablando de niñas prostituidas en Baleares y que ustedes se descojonen en la Cámara revela muchos elementos a nivel moral. Hay cuestiones que, por salud democrática, sería razonable que no produjeran una disputa política.“
— PODEMOS (@PODEMOS) February 19, 2020
🎥 @PabloIglesias en #SesiónDeControl pic.twitter.com/zUZoLeWy53
"La responsable de estas niñas es una Administración que debe determinar dónde han estado los errores y se niega a investigar y que usted protege porque es de izquierdas", contestó a Pablo Iglesias, Margarita Prohens. En relación a esto, la oposición consiguió que el Consell de Mallorca creara una comisión de investigación sobre la gestión política de menores, en la que se podrá pedir la comparecencia de todos los responsables institucionales relacionados con el asunto. Única opción del gobierno local mallorquín tras la renuncia de Jorge Carlos Fernández del Valle, experto designado para coordinar una comisión de expertos, opción inicialmente presentada por el Consell de Mallorca.
Una dimisión propiciada por la vinculación de Fernández del Valle al organismo insular. Y es que entre 2008 y 2009 colaboró con este para crear el actual sistema de protección de menores. Aunque ya está cerrada, Joan Marc Tur cree que esta discusión comisión de expertos contra comisión de investigación es "estéril". "No hay que olvidar que el objetivo es proteger a los menores".