Clara, (nombre ficticio), estaba en su casa del centro de Sevilla cuando alguien llamó a la puerta. Al abrir recibió la visita de 4 policías locales de paisano. Habían recibido la llamada de un vecino denunciando la existencia de una guardería ilegal en su piso. "Estaba en casa con mis tres hijos, mi marido, con otro amigo más y sus dos hijos, nuestra empleada del hogar y otros cinco niños más, que son los hijos de otros amigos", explica esta sevillana que junto a otras cuatro familias, decidió esta semana buscar soluciones ante la necesidad de conciliar, "decidimos organizarnos y hacer turnos entre los padres, contando con la asistencia de limpieza de la mujer que trabaja en mi casa".
Los hechos que comparten estas familias contrastan con los expuestos por la policía a través de un comunicado publicado en Facebook al día siguiente, donde anunciaba la desarticulación de la actividad en la vivienda, en la que encontraron 12 niños de diferentes edades, "sin protección y sin guardar distancia de seguridad".
La nota policial apunta en todo momento a la falta de garantías sanitarias señalando que dicho "establecimiento no dispone de licencia ni autorización por parte del Ayuntamiento ni por la Junta de Andalucía para el ejercicio de esta actividad educativa".
Otros detalles del comunicado policial resaltan la falta de geles, cadena de frío para los alimentos, extintores o botiquín en el piso. La nota se ilustra con varias fotos. Desde el Ayuntamiento de Sevilla, el Delegado Juan Carlos Cabrera se muestra "sorprendido por la irresponsabilidad de quienes exponen a sus hijos al contagio de la enfermedad Covid–19".
Los padres y madres se toparon al día siguiente de la inspección con la noticia en las redes sociales, "exponiéndonos a la opinión pública". Comentarios de todo tipo, desde solidarios ante la difícil situación para conciliar la vida laboral con la familiar, hasta insultantes por la falta de cuidado con los niños, inundan las redes. "Para mi la noticia es que cinco familias se ven obligadas a organizarse en una vivienda particular para intentar conciliar ante el abandono de las administraciones y la policía, nos denuncia por tener una guardería ilegal", se desahoga Clara.
"No solo estamos abandonados por las administraciones, sino que encima te tachan de delincuente".
¿Hasta que punto es ilegal la resolución de estos padres que afirman no tener ninguna actividad económica o intención empresarial, si solo cumpliendo el cupo máximo de 15 personas podemos reunirnos en las casas? "Lo cierto es que en España tenemos un vacío legal enorme en esta situación, no hay certezas cuando más las necesitamos, el propio gobierno está generando esta incertidumbre legal", opina la abogada Emilia De Sousa, "si no había una relación económica y se demuestra un vínculo de amistad entre las familias, es difícil imputar un delito a estas familias", explica la abogada que sí ve imputabilidad, sin embargo, en el peligro de reunir a 12 niños y adultos, superando la cifra de 15 personas, como esgrime el comunicado policial.
Como deben ser las aulas de esta normalidad
Pero más allá de los resquicios legales, la reincorporación a los centros escolares es un derecho básico contemplado en el Convención de los Derechos del Niño (CDN). La doctora María José Mellado, de la Asociación Española de Pediatría, consultada por Sputnik sobre las condiciones óptimas para el retorno a la normalidad, apunta a una vuelta "paulatina y progresiva y deberá basarse en los grupos de edad". Para los más pequeños, los niños de entre 3 y 6 años, la recomendación es que no se incorporen a las escuelas hasta el control total de la epidemia, limitando, los grupos a un cuidador por cada 5 niños. Respecto a las actividades colectivas, salidas a patio, comedor o siesta, la EAP recomienda que sean independientes por cada grupo de 5 niños.
Terrazas llenas y aulas vacías
Lo cierto es que en la contribución para la conciliación que deben ofrecer las familias, las empresas y las administraciones, falta mucho por hacer. Eso lo reflejan los recientes datos de natalidad. Según el Instituto Nacional de Estadística, 2019 supone un descenso del 3,5%, las españolas tienen una media de 1,23 hijos, el valor más bajo desde 2001. Y lo cierto es que, aunque estamos a la espera de ver si el confinamiento provocó un nuevo babyboom, la realidad económica y laboral no deja mucho resquicio a un horizonte familiar apacible.
Baena creó un llamamiento con la Asociación Yo No Renuncio, que ya cuenta con 186 mil firmas de apoyo para que las administraciones facilitaran la conciliación. Por el momento, solo comunidades autónomas como Galicia y Baleares han adoptado medidas concretas. Pero de nuevo, tras esta problemática social, en la que también brilla por su ausencia la conciencia y flexibilidad empresarial, hay machismo. Las mujeres son las que aparcan mayoritariamente su proyecto laboral cuando la conciliación —como ahora— es imposible, "antes del confinamiento, en un estudio sobre más de 20 mil hogares, seis de cada 10 mujeres renunciaban a su carrera profesional al ser madres", explica Baena, que al igual que la abogada De Sousa, apunta al teletrabajo como medida de apoyo, "pero teletrabajo como imperativo legal, porque sino se legisla, está demostrado que simplemente contribuye a aumentar la brecha de género", concluye Baena.
"¿Qué se supone que podemos hacer?, ¿qué otra opción tenemos?, ¿tengo que dejar mi trabajo? o ¿dejar a los niños solos o con los abuelos que son población de riesgo?", se cuestiona Clara desde Sevilla, son las mismas preguntas que se hacen en España millones de ciudadanos. La pandemia obliga a la reactivación económica, pero para ello, los hijos aparecen ahora como un estorbo.