"En Venezuela persisten las condiciones económicas y humanitarias críticas. Se proyecta que el PIB real caiga un 35% este año [lo que representa una contracción acumulada de alrededor de 65% desde 2013], siendo las causas el desplome de la producción de petróleo, el empeoramiento de las condiciones en el sector no petrolero y una escasez generalizada de energía eléctrica", refiere el informe publicado por el FMI en su portal web.
"La hiperinflación continúa, aunque las proyecciones anuales han sido revisadas a la baja, a 200.000%, debido a un drástico endurecimiento de las condiciones monetarias por parte del banco central a comienzos de 2019", se reseña en el texto.
Sin embargo, para el cierre de 2020, la proyección es de 500.000% de inflación.
Esta situación, destaca el FMI, provocará el empeoramiento de las condiciones sociales y económicas en Venezuela, y por ende el incremento de la migración.
La organización financiera internacional acota que proyectar las perspectivas económicas de Venezuela es complicado debido a que no se mantienen conversaciones con las autoridades, a lo que se suma "la asimilación incompleta de los datos declarados, y a las dificultades a la hora de interpretar algunos indicadores económicos publicados a la luz de los acontecimientos económicos".
"En vista de los efectos de la hiperinflación y la escasez de datos declarados, los indicadores macroeconómicos estimados por el personal técnico deben interpretarse con precaución", expone.
La situación de Venezuela, revela el texto, podría tener una repercusión negativa en el crecimiento de América Latina que se ha desacelerado de 1,0% en 2018 a 0,2% en 2019.
El Gobierno de Venezuela ha denunciado en reiteradas ocasiones que la principal causa de la crisis económica que afronta su país es el bloqueo de Estados Unidos, que sostiene, comenzó silenciosamente desde 2013, y se ha recrudecido en los últimos años a través de sanciones.