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Campesinos leales a Evo Morales irrumpen en El Alto al grito de "Ahora sí, guerra civil"

LA PAZ (Sputnik) — Millares de campesinos del altiplano boliviano armados con palos irrumpieron en la ciudad de El Alto, vecina a La Paz, al grito de "ahora sí, guerra civil", en el inicio de movilizaciones convocadas por sindicatos agrarios en respaldo al saliente presidente Evo Morales.
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"Es el momento de unirse, defender nuestros derechos, y hoy en todo el país convocamos a nuestra movilización", dijo el líder de la Confederación de Pueblos Interculturales (colonizadores agrícolas), Henry Mamani, a reporteros en la sede de esa organización en La Paz.

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Los campesinos que gritaban la consigna mientras avanzaban al trote arribaron desde la región ribereña del lago Titicaca (oeste) e incluían a los "ponchos rojos", grupos de choque de los pueblos aymaras conocidos por su tradición guerrera, según mostraron reportes de varios canales de televisión.

La entrada al trote de los campesinos altiplánicos culminó con una concentración en los alrededores de la Universidad Pública de El Alto, donde los dirigentes anunciaron que se declaraban en protesta permanente, con bloqueos de carreteras en rechazo al "golpe de Estado de Camacho y Mesa", por el líder cívico Luis Camacho y el expresidente y candidato presidencial Carlos Mesa.

Desde que Morales los señalara como responsables del golpe cívico-político que lo echó del poder, Camacho y Mesa son mencionados como enemigos en las declaraciones de políticos y dirigentes sociales que repudian las protestas que lograron la anulación de las elecciones de octubre, ganadas según el cómputo oficial por el presidente que anunció su renuncia luego de que las Fuerzas Armadas le hicieran saber que debía salir del poder.

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Ambos dirigentes han rechazado enfáticamente que la caída de Morales haya sido a causa de un golpe de Estado, reivindicando por separado la independencia política de las movilizaciones de universitarios y activistas cívicos que persistían el lunes en por lo menos cinco de las nueve ciudades principales, incluida La Paz.

Camacho llamó de nuevo el lunes a continuar esas movilizaciones, que incluían paros y bloqueos callejeros, hasta que se consolide la transición presidencial.

En respuesta, Mamani afirmó que los sindicatos campesinos "no permitirán que Camacho ni Mesa lleguen a la presidencia" y leyó a la prensa una resolución de la Confederación de Pueblos Interculturales que instruye "cerco permanente (a La Paz) en defensa de la democracia y del voto campesino e indígena".

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Una determinación parecida fue emitida por la organización rural más grande del país, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, uno de los soportes de Morales.

La llegada de los campesinos altiplánicos a El Alto acrecentó la tensión que persistía en varias regiones de Bolivia al día siguiente de la caída de Morales.

En El Alto, manifestantes "anti-golpe", como se llamaron, chocaron varias veces con la policía que reasumió sus labores tras estar amotinada más de 48 horas, con saldo de al menos cinco heridos, uno por explosión de un cartucho de dinamita, informaron vecinos en las redes sociales.

En La Paz, la residencial zona sur que pasó la noche pasada en zozobra por el ataque violento y hasta incendiario de supuestos aliados de Morales, fue escenario el lunes de nuevas incursiones de grupos de campesinos y transportistas que lanzaban amenazas de ataques inminentes, hasta que la policía logró dispersarlos.

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La red Bolivisión reportó además que en la carretera entre La Paz y la ciudad altiplánica de Oruro se registró al mediodía un ataque con dinamita de supuestos mineros a una caravana de buses que llevaba delegaciones de universitarios que pretendían reforzar las manifestaciones en La Paz.

Ese enfrentamiento dejó al menos cinco heridos y varios autobuses y ambulancias con graves daños.

El alcalde de La Paz, Luis Revilla, aliado de Mesa, convocó por las redes sociales a las juntas de vecinos de la ciudad a reforzar la vigilancia nocturna en previsión de nuevos ataques vandálicos, que atribuyó a "militantes del oficialismo", o seguidores de Morales.

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