“Ya sabemos que la militarización no es la solución, no habían pasado 48 horas de la masacre en Tacueyó (oeste) y ya se presentaba otra en Corinto, Cauca, el conflicto se va a profundizar”, advirtió a la prensa el dirigente indígena Luis Kankui, consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), en un video difundido en Twitter.
Las declaraciones de Kankui se dan luego de que el jueves cuatro integrantes de un equipo de topografía, quienes hacían un trabajo para la Fundación Desarrollo de las Ingenierías y las Ciencias de la Salud para la Proyección Social, fueron asesinados en una zona rural del municipio de Corinto (Cauca) por parte de hombres armados que los despojaron de su material de trabajo, entre ellos dos drones.
Sin embargo, las autoridades aún no saben si los dos casos tienen relación.
El martes, miembros de un grupo armado ilegal, que testigos identifican como integrantes de disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, asesinaron a cinco indígenas (entre ellas una gobernadora) y dejaron a seis más heridos en zona rural del municipio de Tacueyó (Cauca).
El presidente de Colombia, Iván Duque, lideró el miércoles un consejo de seguridad en el Cauca y anunció que en 40 días arribará al departamento un destacamento de 2.500 uniformados para reforzar la seguridad, pero solo 24 horas después de ese anuncio se registró la segunda masacre.
Este viernes se encuentra en la región el ministro de Defensa, Guillermo Botero, para evaluar la situación; sin embargo, ante la gravedad de los hechos, los indígenas piden su renuncia.
En lo que va del año la Oficina de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas en Colombia ha documentado 52 asesinatos en el territorio indígena Nasa, en el norte del departamento del Cauca, donde ocurrieron los hechos del martes.