"Antes de esta ley, las personas sordas veían solo informativos de canales públicos, debido a que el 50% de los sordos de este país son analfabetos, por la falta de educación accesible que existía antes; es preocupante la gran falta de acceso a la información para muchas personas sordas", apuntó González.
La comunidad sorda de Uruguay, junto a las instituciones que la representan, reclama desde hace alrededor de 15 años que los canales privados cuenten con intérpretes de lengua de señas.
Esta ley señala en su artículo número 36 que "los servicios de televisión abierta, los servicios de televisión para abonados en sus señales propias, y las señales de televisión establecidas en Uruguay que sean distribuidas por servicios para abonados, deberán brindar parte de su programación acompañada de sistemas de subtitulado, lengua de señas o audiodescripción, en especial los contenidos de interés general como informativos, educativos, culturales y acontecimientos relevantes".
En 2005, el estatal Canal 5 volvió a contar con intérprete de Lengua de Señas Uruguaya (LSU) y poco después el canal TV Ciudad de la Intendencia de Montevideo (IM) hizo lo mismo.
"Antes de la Ley de Medios de Comunicación, todo era mucho más difícil pero gracias a las leyes como la de N° 17.378 que reconoce la LSU como la lengua oficial de las personas sordas, desde 2001, y la Convención de ONU de Derechos para Personas con Discapacidad, firmada y ratificada por el Estado Uruguayo en 2011, poco a poco se abrió un largo camino hacia este logro", dijo el presidente de Asur.
Asimismo, en su artículo 4, esta ley afirma que el Estado debe asegurar "a las personas sordas e hipoacústicas el efectivo ejercicio de su derecho a la información, implementando la intervención de Intérpretes de Lengua de Señas Uruguaya en programas televisivos de interés general como informativos, documentales, programas educacionales y mensajes de las autoridades nacionales o departamentales a la ciudadanía".
"La lengua de señas (para los sordos hablantes naturales de lengua de señas) y los subtítulos (para las adultos mayores que pierden audición) son mejores opciones", señaló González.
Las personas sordas consideran a la lengua de señas como natural debido a que no necesitan aprenderla, sino que se adquiere visualmente en contacto con otros miembros de la comunidad.
No existe una lengua de señas universal, si bien todas comparten la gramática, las señas son diferentes y en el mundo existen alrededor de 300 lenguas de señas.
Educación bilingüe
Hace 30 años se comenzó a aplicar en Uruguay un método de educación bilingüe, que incluía LSU y español escrito, con el fin de mejorar el aprendizaje a través de una lengua natural.
"La educación bilingüe cambió profundamente la historia de educación del sordo, ya que después de buenas experiencias dadas en el plan piloto en las escuelas de sordos en 1990 por primera vez los sordos accedieron a la educación secundaria con intérpretes de lengua de señas comenzando en el liceo Guayabo Nro. 32 en 1996 y después en el liceo IAVA en 1999", recordó González.
En 2007 se consiguió por primera vez en Uruguay que los estudiantes sordos accedieran a la universidad con intérprete.
"Sin embargo, el 95% de las familias oyentes de niños sordos no aprende lengua de señas, lo cual complica la situación del niño. Las escuelas de sordos trabajan mucho para promover el aprendizaje de LSU para los padres de niños sordos y les dan clases gratuitas de LSU y talleres de sensibilización para las familias", contó González.
Planes
"Nos gustaría que todas las películas uruguayas y de habla hispana puedan ser accesibles (aunque Netflix tiene algunas películas uruguayas con subtítulos queda mucho que hacer). En cuanto al teatro, en algunas obras se está comenzando a contar con intérpretes de Lengua de Señas. Nos encantaría que el estado uruguayo apoye más estas iniciativas culturales con accesibilidad para que podamos disfrutar de la cultura en el nivel igual que el de los oyentes", dijo el presidente de Asur.
Entre los proyectos que están llevando adelante se encuentra el apoyo a mujeres sordas víctimas de la violencia de género, la lucha por que todo Uruguay sea accesible para las personas sordas y no sólo en Montevideo y algunas de las ciudades grandes.