Luego de su paso por Brasil, donde rindió tributo a la fallecida candidata Marielle Franco, Davis viajará a Uruguay para ofrecer una serie de charlas y recibir la distinción de doctora Honoris Causa de la Universidad de la República (Udelar), el mayor centro de estudios académicos del país.
Esta mujer, reconocida como una de las pensadoras más importantes del siglo XX, nació un 26 de enero de 1944 en Birmingham, Alabama, en un barrio conocido como "Dynamite Hill" donde los supremacistas blancos acostumbraban a poner bombas en las casas de las familias negras, de acuerdo con el sitio Afroféminas.
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La pequeña Davis asistió a escuelas segregadas y cuando tenía 14 años logró ir a estudiar a Nueva York a través de una organización religiosa progresista. Allí descubrió el socialismo, a través de obras como el Manifiesto Comunista, que le hicieron comprender los problemas del pueblo negro dentro del contexto más amplio: el movimiento de la clase obrera.
En el verano de 1962 la joven revolucionaria viajó por primera vez a Europa, para participar en el VIII Festival Mundial de la Juventud celebrado en Helsinki, Finlandia. Allí pudo conocer a otros jóvenes con ideas parecidas a las suyas e intercambiar experiencias.
Después de graduarse en la Universidad Brandeis en 1965 con resultados sobresalientes, pasó dos años en Alemania, en la facultad de filosofía de la Universidad Frankfurt. Allí asistió a clases del filósofo alemán Theodor Adorno y otros importantes pensadores socialistas de la llamada Escuela Crítica de Frankfurt.
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Por aquel entonces los acontecimientos en EEUU planteaban una disyuntiva para Davis. El resurgir del movimiento de derechos civiles, el partido de las Panteras Negras, y las protestas contra la Guerra de Vietnam la hicieron tomar una decisión: abandonar sus estudios en Alemania y sumarse a la lucha en su país.
Se instaló en San Diego, y siguió estudiando filosofía en la Universidad de California, donde en ese momento estaba trabajando Herbert Marcuse, considerado el "padre espiritual" del Mayo del 68 francés. Desde allí decidió involucrarse con la causa de los Soledad Brothers, y se afilió al Partido Comunista.
A la semana, el FBI la incluyó entre la lista de los diez criminales más buscados de EEUU y, pese a su intento por mantenerse en clandestinidad, fue detenida en un motel en Nueva York. El entonces presidente Richard Nixon felicitó al FBI por capturar a la "peligrosa terrorista, Angela Davis".
Su injusto encarcelamiento propulsó una campaña de solidaridad mundial y el slogan 'Free Angela' se conoció en cada rincón del mundo. Davis fue absuelta sin que se puedieran comprobar los cargos en su contra. Más de 15.000 personas aclamaron a la militante negra Angela Davis en el Madison Square Garden, y la prensa estadounidense la apodó la ‘joven Juana de Arco de la gente de color', según un artículo de la Udelar.
Davis llegó a la Unión Soviética en 1979, donde recibió el Premio Lenin de la Paz e hizo un profesorado honorario en la Universidad Estatal de Moscú.
Angela Davis ha sido comparada con personalidades mundiales como su coterráneo Martin Luther King y el líder sudafricano Nelson Mandela. Como ella misma ha resumido, su historia es producto de luchas colectivas contra la opresión, un mensaje que conviene refrescar en Latinoamérica.
La entidad internacional ha puesto de relieve la problemática en el contexto actual, particularmente en un contexto de "aumento del populismo nacionalista y las ideologías de supremacía extrema", según indica en su sitio web.
"Movimientos extremistas y racistas de diversa índole, basados en ideologías que pretenden promover programas populistas, nacionalistas y de derechas, así como la superioridad racial, y destacando que esas prácticas alimentan el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, a menudo dirigen sus acciones a migrantes y refugiados, así como a personas de ascendencia africana", alerta la ONU en la página de la efeméride.
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