Es el complejo agroexportador más grande del mundo y sin embargo se accede atravesando extensos caminos de tierra, en una zona del país frecuentemente castigada por las inundaciones. Si bien se han implementado nuevos sistemas de turnos para los camiones que ingresan los granos, hasta hace poco no era extraño que se formaran filas de varios días en la época de cosecha.
Son 70 kilómetros de costa sobre el río Paraná al norte y sur de la ciudad de Rosario, la tercera área urbana de Argentina, en la provincia de Santa Fe. Sobre la vera se ubican 20 plantas de almacenamiento y procesamiento de granos, aceite y harina de cereales y oleaginosas, que conforman el polo de exportación de soja más importante a nivel mundial: cinco de cada 10 buques que transportan harina y aceite de soja en el mundo zarpan de los puertos del Gran Rosario.
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En el área de Timbúes, a 35 kilómetros al norte de Rosario, se encuentran en construcción dos nuevas plantas (de las empresas AGD y ACA) y ya existen otras tres, incluída la de Renova, que es la de mayor producción sojera del país y que se encuentra en expansión.
La obra incluye la construcción de un nuevo puente ferroviario y una playa de maniobras. La inversión, que asciende a los 4.680 millones de pesos (117 millones de dólares), será en un 70% privada (por parte de las empresas) y 30% estatal. La finalización de la construcción de las nuevas plantas y las obras ferroviarias está esperada para la segunda mitad de 2019.
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"[El Gran Rosario] es la zona más importante, logísticamente más adecuada, para la exportación de cereales y oleaginosas, más con la llegada de los trenes, por ahora trocha angosta y en un futuro trocha ancha también. Indudablemente representa una parte importante de la exportación. El 75% de la producción nacional sale por ahí, de la cual una buena parte por Timbúes", dijo a Sputnik Juan Carlos Vilanova, gerente del puerto de AGD.
En 2018, 42 millones de toneladas de granos, aceites y subproductos se exportaron por los puertos del Gran Rosario, de un total de 73 millones de toneladas a nivel nacional, según datos del Ministerio de Producción y Trabajo. Si se incluye al puerto de Rosario, representa casi el 80% del total. Desde 2016, este complejo agroindustrial y de exportación desplazó a Nueva Orleans, en EEUU,y a Santos, en Brasil, y se consolidó como el polo sojero más grande del mundo.
El potencial de Rosario como polo sojero podría verse aumentado por su ubicación central la hidrovía Paraná-Paraguay. A lo largo de más de 3.000 kilómetros, este corredor fluvial permite conecta la zona central de América del Sur con el océano Atlántico y facilita la exportación a todo el mundo de bienes provenientes de dos países sin litoral marítimo con una importante producción de soja: Paraguay y Bolivia.
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En tanto, desde el sector reclaman medidas para recuperar la competitividad, particularmente en una economía altamente inflacionaria. En 2018, el Gobierno suspendió la baja gradual de los impuestos a las exportaciones de soja, en medio de una crisis cambiaria que en pocos meses dejó al peso argentino con un 50% de su valor.
"Esperemos que las autoridades entiendan que la industria tiene que ser competitiva porque ha crecido en función de la que ha tenido hasta ahora. Esperamos que podamos seguir en el primer lugar pese a los problemas que hemos tenido últimamente, ya que la quita de diferencial arancelario nos quita competitividad", dijo Vilanova, en referencia a la medida adoptada por el Gobierno de Mauricio Macri en 2018, que eliminó la tasa que reconocía el valor agregado de los productos derivados de la soja.