Para el ingeniero y docente universitario devenido en empresario, América Latina tiene todas las condiciones para convertirse en el terreno de la revolución industrial del siglo XXI: una revolución 'verde' protagonizada por las plantas y la biotecnología.
"Los vegetales van a ser como una especie de fábrica sin emisión de dióxido de carbono ya que lo absorben: además utilizan energías renovables, como la solar. Todo lo que podamos reemplazar de la industria con plantas va a traer beneficios", dijo en diálogo con Sputnik el ingeniero Grobocopatel.
Si bien la visión de Grobocopatel es compartida por los sectores agroindustriales del continente, los miedos en torno a la biotecnología y sus consecuencias aún permanecen en la sociedad.
Las plantaciones transgénicas son más baratas porque su fácil producción permite una oferta muy importante que hace que los precios disminuyan y su consumo pueda ser aumentado por parte de las familias.
Este proceso es acompañado por el enriquecimiento de un puñado de empresarios, y atenta contra los pequeños y medianos productores que no pueden adaptarse a una producción que no es rentable a pequeña escala.
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China, como principal consumidor de soja del mundo es uno de los mayores objetivos de los mercados latinoamericanos. Grobocopatel también se refirió a la necesidad de intercambiar con el gigante asiático tanto productos como conocimientos.
"Está el tema de flujos de conocimiento, 'know how', tecnología, turismo y otros intercambios de bienes, servicios y conocimientos. Esta es una relación atractiva, estratégica, y que tiene la misma importancia o quizá mayor de la que tuvo con Europa en el siglo XXI".