En un comunicado, la Embajada de Israel en Brasil informó que la operación llegó a su fin "con éxito" y que la salida se decidió junto a los responsables de la operación de rescate en Brasil.
"Los comandantes brasileños elogiaron a la delegación israelí por la gran e importante contribución profesional en la operación de rescate", dice la nota oficial, que también resalta la "profunda amistad" entre el pueblo brasileño y el israelí.
Por su parte, el Gobierno brasileño agradeció este 31 de enero la solidaridad de Israel por enviar a militares para actuar en las tareas de rescate en Brumadinho.
El Ministerio destacó que los 136 militares llegados desde Israel, con especialistas en rescate, perros rastreadores y alta tecnología, trabajaron en "estrecha sintonía" con las fuerzas brasileñas.
"La misión israelí prestó un inestimable servicio a Brasil en este momento difícil, ya sea en la búsqueda de supervivientes como en la recuperación de los cuerpos de las víctimas fatales", destacó la Cancillería, subrayando también la "amistad" entre ambos países.
Los militares estuvieron apenas tres días trabajando en la zona afectada, dado que comenzaron el lunes 28 de enero por la mañana y dejaron el lugar de la tragedia la mañana de este 31 de enero.
La comitiva llegó a Brasil tras un ofrecimiento del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu al presidente brasileño Jair Bolsonaro.
Sin embargo, algunos bomberos brasileños que participaban en las tareas de rescate, como el teniente coronel Eduardo Angelo, aseguraron que los aparatos de los militares israelíes no eran efectivos en ese tipo de desastre.
Por ello, los militares israelíes pasaron a trabajar como mano de obra ordinaria, sobre todo en la zona donde estaba el restaurante de los trabajadores de la empresa Vale, propietaria del dique que reventó, donde supuestamente habría más cadáveres.
Algunas informaciones de la prensa local apuntan que la precipitada salida de los militares israelíes se debe a la mala relación con los efectivos brasileños.
Las tareas de búsqueda de víctimas mortales no paran y en los próximos días llegarán refuerzos de otros estados de Brasil.
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Según el último recuento oficial, divulgado este 31 de enero por la Defensa Civil del estado de Minas Gerais, hay 99 muertos (de los cuales 57 fueron identificados) y 259 desaparecidos.