"He venido desde Belo Horizonte [capital del estado de Minas Gerais] porque yo también tengo a dos conocidos desaparecidos, dos misionarios de mi iglesia; hemos venido a dar apoyo a la familia y un apoyo espiritual, de oración", dijo a Sputnik el pastor evangélico Mauricio Marques de Oliveira, quien se acercó al centro que atiende a los afectados en Brumadinho.
Allí empieza a ser común la presencia de líderes religiosos evangélicos ofreciendo apoyo, e incluso la realización de cultos con la asistencia de familiares.
🎥 Las oraciones unen a los familiares de los desaparecidos tras el trágico suceso en #Brumadinho https://t.co/9qgWjtp8GB pic.twitter.com/Qb2krejeOi
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 28 января 2019 г.
De Oliveira, por ejemplo, clamaba contra el demonio y contra quienes dudan de la bondad de Dios en un momento tan trágico como el que vive esta pequeña ciudad de apenas 30.000 habitantes.
El portavoz de los bomberos de Minas Gerais, Pedro Aihara, aseguró esta mañana que las posibilidades de encontrar personas con vida ya son muy pequeñas, y el desánimo empieza a cundir entre los familiares.
"Yo ya sólo quiero el cuerpo de mi hermano, sé que está muerto; todos están muertos, pobre del que piense lo contrario", confesaba a Sputnik con lágrimas en los ojos Claudio Antonio, cuyo hermano trabajaba desde hace 10 años en la minera Vale SA, propietaria de la represa siniestrada.
En su opinión, la llegada de los militares israelíes servirá de poco, a pesar de las esperanzas de las autoridades brasileñas en sus equipamientos de última tecnología.
La cifra de fallecidos podría aumentar considerablemente este 28 de enero, pues se espera que los bomberos puedan sacar varios cadáveres de un autobús que fue parcialmente sepultado por el lodo y que fue encontrado el 27 de enero por la tarde.
La represa de residuos mineros se rompió en Brumadinho el pasado 25 de enero, provocando un alud de barro en el que quedaron atrapadas cientos de personas.