11 policías y militares fallecidos, 29 guerrilleros abatidos y cuatro desaparecidos. Ese fue el saldo mortal de la cruenta batalla que se produjo el 23 y 24 de enero de 1989 en el Regimiento de Infantería Mecanizada 3 de La Tablada, en el conurbano bonaerense. El acontecimiento, en pleno albor de la democracia en Argentina, es considerado por historiadores como el sangriento epílogo a la violencia vivida en el país antes y durante la última dictadura militar (1976-1983).
"Nos sorprendió a todos que se intentara copar un cuartel en el medio de un Gobierno democrático, buscando algo que era imposible de lograr. Es decir, si buscaban un levantamiento armado de toda la población, era algo inverosímil y si buscaban sacar armas de ese lugar para iniciar un movimiento, también. Nadie interpretaba cómo alguien podía llegar a buscar una reivindicación popular así", dijo a Sputnik el coronel retirado Omar Locatelli, experto en historia y asuntos bélicos, quien era capitán y cursaba la Escuela de Guerra en ese entonces.
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El líder del MTP, Enrique Gorriarán Merlo, testificó más tarde que actuaron de esa manera motivados para evitar un supuesto golpe de Estado por parte de los Carapintadas, un grupo de militares que ya habían realizado levantamientos entre 1987 y 1988 —el último, menos de dos meses antes del intento de toma en La Tablada— en repudio a los juicios a militares involucrados en actos de terrorismo de Estado.
"El MTP empezó siendo un movimiento plural que aprovechó la creciente politización juvenil de los primeros años de la apertura política post 1983, pero terminó realizando realizando una acción armada que hoy, con cierta perspectiva histórica, se puede caracterizar como fuera de tiempo, porque la guerrilla argentina ya había sido derrotada a mediados de los años 70, pero también fuera de lugar porque el grupo de Gorriarán Merlo venía de pelear en Nicaragua, donde la lucha armada sí había sido una opción legítima y eficaz", dijo a Sputnik Esteban Campos, historiador, docente e investigador.
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"El asalto fue el último operativo armado a gran escala de la guerrilla argentina. Fue el último aliento de un ciclo histórico de insurgencia política y social abierto en 1959, cuando la guerrilla de los Uturuncos, que provenía de la resistencia peronista, subió al monte tucumano. Después de este grupo aparecieron otros, que no pudieron sostenerse en el tiempo, como el Ejército Guerrillero del Pueblo, inspirado por el propio Che Guevara, y el Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara, que se desplazó de la derecha nacionalista a la izquierda peronista", agregó el académico de la Universidad de Buenos Aires y miembro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Luego de la rendición, los guerrilleros fueron golpeados y torturados y cuatro de ellos permanecen hasta la fecha desaparecidos. Las imágenes capturadas por un periodista gráfico sirvieron para identificar que Iván Ruiz y José Alejandro Díaz fueron detenidos con vida ese día. La versión del Ejército fue que habían escapado. En 1997, la Corte Interamericana de Justicia falló que el Estado no había realizado con responsabilidad las investigaciones correspondientes y en 2014, la Corte Suprema de Justicia argentina anuló el sobreseimiento a los acusados de estas muertes.