"Los hondureños son unos de los pueblos más lastimados de Centroamérica, ¿cómo no va a ser comprensible que recurran a la migración para intentar sobrevivir y buscar las oportunidades que les niega su país de origen?", dijo a Sputnik Rodolfo Pastor, miembro del Partido Libre y vocero de la Alianza de Oposición, que buscó derrotar a Juan Orlando Hernández durante las elecciones del año 2017.
1. La crisis política y "un régimen autoritario" en Honduras
La Organización de Estados Americanos (OEA) sostuvo que "el estrecho margen de los resultados, así como las irregularidades, errores y problemas sistémicos que han rodeado esta elección, no permiten a la misión tener certeza sobre los resultados".
El espaldarazo a esa elección viciada lo brindó una de las representantes del Gobierno estadounidense en el país: "Hubo un espectáculo mediático donde la encargada de negocios de la embajada de EEUU en Honduras, Heide Fulton, salió acompañada del presidente del Tribunal Superior Electoral, David Matamoros, a decir públicamente que el proceso había sido limpio, los resultados correctos y que ellos apoyaban la reelección de Juan Orlando Hernández", sostuvo Pastor.
El episodio se agregó a una larga de lista irrupciones de Estados Unidos en la política interna del país centroamericano y provocó una serie de protestas callejeras que acabaron con muertos y detenidos, de manera similar a lo que había ocurrido en 2013, tras las elecciones anteriores. El mismo Pastor sufrió una serie de amenazas que lo obligaron a abandonar el país a fines de 2017.
"Además de los problemas endémicos de pobreza y desigualdad que sufre la región, en Honduras sufrimos una descomposición del sistema político, la instauración de un régimen autoritario que se ha dedicado a usar la fuerza para reprimir al pueblo y consolidar un poder prácticamente dictatorial", sostuvo.
2. La injerencia de EEUU
"En 2009 estaba a cargo de la sección política de la embajada cuando se dio el golpe de Estado y quedé como responsable de la misma, porque el embajador (mi jefe) se había identificado con el lado del golpe", precisó.
El 11 de octubre, Mike Pompeo, secretario de Estado estadounidense, se reunió en Washington con los presidentes de Honduras y Guatemala, el vicepresidente de El Salvador y el canciller mexicano para darle seguimiento a la "Alianza para la Prosperidad", instancia en la que el enviado de Estados Unidos les subrayó la consigna de contener el incremento migratorio.
Además: Migrantes hondureños derriban vallas en zona fronteriza para intentar ingresar a México
"Es una cooperación que se ha venido dando de parte de EEUU con Latinoamérica y es un programa que se enfoca en el llamado Triángulo Norte, es decir, en los países más afligidos por la violencia", sostuvo Pastor.
Explicó que incluso el nombre es similar a la "Alianza para el Progreso" que implementó John F. Kennedy cuando era presidente de Estados Unidos a comienzos de la década de 1960. Durante la segunda mitad del mandato de Bill Clinton (1993-2001) eso se transformó, explicó Pastor.
La estrategia se aplicó en distintos países en distintos momentos: el Plan Colombia, el Plan Mérida y en un programa llamado 'Iniciativa Centroamericana de Seguridad Regional', que "implica un cambio de prioridades pero garantiza el control y las alianzas de EEUU sobre la región", dijo Pastor a Sputnik.
También: Migraciones: una revolución mundial en marcha
"El enemigo ya no es el comunismo, sino que la guerra es contra las droga, donde Centroamérica es un paso obligado desde el sur productor al norte consumidor", resumió. Esta nueva Alianza, explicó el hondureño, destina la mayoría del dinero de su cooperación a fortalecer el Ejército, las Policías locales y los aparatos de justicia de los países del Triángulo Norte de Centroamérica y no comenzó con Donald Trump, sino en el Gobierno de Barack Obama, promovida por su vicepresidente Joe Biden.
3. Aumento de migración
Pastor refirió que hay un millón de hondureños indocumentados en EEUU, además de los 60.000 que fueron beneficiados por un programa de estatus temporal que se les brindó en 1998 tras un huracán, un beneficio que Trump anunció que cancelará.
"La migración hondureña se ha venido acelerando en congruencia con el deterioro institucional y económico de Honduras. Han aumentado los niveles de violencia social, de violaciones a los derechos humanos, de muerte de periodistas y activistas, pensemos en Berta Cáceres. Puede verse una cronología del deterioro", aseveró.
Es notorio que entre los grupos de migrantes hondureños hay un grito de batalla que los identifica frente a los que vienen de El Salvador y Guatemala: "¡Fuera JOH!", dicen en coro, para hacer referencia al apócope por el que se conoce al presidente de ese país, Juan Orlando Hernández.
"La situación cobró un tinte político también porque la gente comenzó a identificar que la descomposición de sus condiciones de vida tiene un vínculo con la imposición de una persona por la que no solo no votaron, sino que votaron en contra y se les negó la posibilidad de sacarlo en 2013 y 2017", sostuvo Pastor.
Agregó que "hay un fastidio generalizado en la población", particularmente entre los más pobres, que son seis de los nueve millones de los habitantes del país. Cuatro millones viven debajo de la línea de pobreza.
"Es gente que ve cómo una clase privilegiada vive a costa de su miseria y rechaza eso. Desde la oposición política hasta el pueblo en general corean el ‘Fuera JOH' con fastidio. No solo contra el presidente, con el sistema que él representa, y que los ha venido maltratando", concluyó.