El evento, auspiciado por el Centro Artiguista por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CADESIC) y la agencia Sputnik, se realizó este 9 de octubre. Con la participación del embajador de Rusia en Uruguay, Nikolay Sofinskiy, de Eduardo Bonomi, ministro del Interior, y de la politóloga Daiana Ferraro, y la coordinación del periodista Fabián Cardozo, se discutió la actualidad de las relaciones internacionales y el papel de Rusia.
De lograrlo, "será un paso muy importante para promover las relaciones entre la Unión Euroasiática y el Mercosur a nivel del libre comercio". La Unión Económica Euroasiática (Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajstán y Kirguistán) el Tratado de la Seguridad colectiva (Rusia, Bielorrusia, Armenia, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán) son muy importantes para Moscú, destacó el embajador ante Uruguay.
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El resultado es "la agudización de discrepancias que no tienen nada que hacer con las diferencias naturales entre estados sino a menudo solamente con las ambiciones geopolíticas de los particulares países".
El embajador se refirió a las tensiones con los países de la región euroatlántica y comentó los esfuerzos de Moscú por formar un sistema euroatlántico común de seguridad y cooperación, idea fue iniciada por Mijaíl Gorbachov hace 30 años pero que no se ha realizado.
"La razón es que la OTAN y la Unión Europea prefieren una expansión política para contener a Rusia e imponer una presión política", acusando a Moscú de injerencias en otro países y atribuyendo la "responsabilidad de todos los pecados contra Rusia, una lista que puede no tener fin".
"Por eso en muchas ocasiones tenemos un potencial de intolerancia, conflictividad, voluntarismo político, imposición de dominancia, discriminación, sanciones y proteccionismo. Esto lleva a un aumento de la inestabilidad de las relaciones internacionales", continuó.
En cuanto los ejes de la política exterior de su país, Sofinskiy destacó el fortalecimiento de la seguridad internacional, la estabilidad de la economía y las finanza globales y la promoción de los valores democráticos universales, así como la cooperación en los organismos multilaterales como las Naciones Unidas los BRICS, el G20 y la Organización Mundial de Comercio.
Sobre América Latina, el embajador indicó que el vínculo con la región siempre se ha destacado por la falta de conflictos. "Nunca fuimos enemigos de ningún país de la región. Tenemos relaciones privilegiadas con algunos países, apoyamos los regímenes políticamente amistosos, no le damos la espalda a nadie y construimos las relaciones con todos los países en la medida de nuestras capacidades", remarcó.
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América Latina y el Caribe son regiones donde "se realiza nuestra línea de pragmatismo, es decir, las relaciones se construyen desde las necesidades y los intereses naturales de las partes. Nos impresiona el creciente papel de su región en los asuntos globales, la independencia y la autosuficiencia".
El ministro destacó la "brutal explosión del capital financiero mundial", que se dedica a "especular haciendo añicos parcialmente la soberanía de los países", al tiempo que aumenta la acumulación de la riqueza y la tasa de interés promedio del mundo supera al crecimiento de toda la economía.
Bonomi cuestionó la visión occidentalista del mundo: "Está Rusia, China, la Unión Económica Euroasiática, Vietnam, Corea. Hace 20 años que estamos detrás de un tratado de libre comercio con la Unión Europea, pero solo a una provincia china le vendemos más productos que a toda Europa. Sin embargo seguimos con la idea salvadora del acuerdo con Europa y no vemos todo lo que hay más allá", dijo. En cuanto a las relaciones con Rusia, señaló que se deben medir, no solo por el actual volumen comercial, sino por "el mutuo aprovechamiento de las posibilidades que se nos abren".