"La estrategia implícita del equipo de transición del presidente electo hacia el TLCAN, está centrada en modificar el enfoque sobre la migración y recuperar la soberanía petrolera, esas son sus dos cartas sobre la mesa en la negociación", dijo el profesor de la facultad de Economía, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
"La temporalidad del pacto y las normas de la industria automotriz pueden resolverse", estima el coautor del libro "Reforma para el saqueo", producto del foro "Petróleo y Nación", una crítica a la reforma energética de 2013 que puso fin al monopolio estatal de la industria petrolera, publicado hace dos años.
Trump presiona para que el TLCAN prescriba cada cinco años, pero la solución que se perfila "es un acuerdo para que se revise cada cierto tiempo, sin derogarlo, que se evalúe pero no se suspenda unilateralmente, es una buena salida", aseguró Ávalos.
También es posible resolver la exigencia del mandatario estadounidense de elevar la norma comercial automotriz del tratado, desde el actual 62,5% de autopartes producidas en Norteamérica, a un 80%, con la mitad producida en EEUU, que es rechazada por México y Canadá.
Temas relacionados: "Nuevo Gobierno mexicano brinda oportunidad de avance con EEUU"
Al mismo tiempo, estima que a la industria automotriz internacional le conviene tener la cadena productiva en México.
"La compañías automotrices no se van a ir del país, y los tres gobiernos se van a tener que poner de acuerdo" en ese punto, adelantó.
La lista de temas más controvertidos, además de los dos mencionados, incluye los mecanismos de solución de controversias y las condiciones temporales para exportaciones agroalimentarias, propuestas por Trump.
Migración y petróleo en el TLCAN
Para modernizar el TLCAN, el problema implícito es la migración y la seguridad fronteriza.
"El tratado original se firmó sin afectar al nacionalismo mexicano, ni el dominio directo de la nación de sus reservas de hidrocarburos", recuerda el investigador.
Por su parte, EEUU se negaba a incluir los temas de migración y la movilidad laboral.
"Pero el fenómeno se agravó al quebrarse las cadenas de producción de la industria petrolera mexicana y las crisis financieras", reseña el analista.
En los últimos lustros, con la crisis de seguridad desatada con los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York 2001 y las quiebras masivas de 2001 y 2008, EEUU decidió que ya no puede aceptar más migrantes y cerró las fronteras.
Mientras tanto, la Reforma Energética de 2013 en México, abrió la industria de hidrocarburos a la inversión extranjera, ante el fuerte endeudamiento de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) "y terminó con la gallina de los huevos de oro para la deuda y el presupuesto del Gobierno", reseñó el investigador que aclaró que por esa razón, los negociadores están revisando "los temas de energía y migración, que Trump colocó a la par de la agresiva orden de terminar el muro fronterizo".
Asuntos relacionados: Banco central de México: persiste "incertidumbre" sobre futuro del TLCAN
Esa política de contención migratoria ya existía en los gobiernos anteriores, incluido el de Barack Obama (2008-2017), sin embargo no se presentaba con el discurso "xenófobo y racista" de Trump, señala el economista.
Las políticas migratorias draconianas "no buscan expulsar toda la migración, porque EEUU la necesita como fuerza laboral, sino utilizarlas como argumento para mantener comprimidos los salarios a los empobrecidos trabajadores estadounidenses", sostiene Ávalos.
Los gobiernos del Partido Demócrata toleraban la migración con discursos de derechos humanos, mientras buscaba aumentar los salarios de sectores afroamericanos, asiáticos y blancos de zonas deprimidas.
Frente a esa política laboral, "Trump impone el odio racial mediante "política crueles, inhumanas y de corte fascistas, para culpar de los bajos salarios a los migrantes, al no poder elevar las condiciones de vida de la población", sostiene el investigador.
Te puede interesar: Moody's espera crecimiento estable de México en primer año de López Obrador
Además, se compromete aumentar el porcentaje de energías renovables a 30 y 50%, en 2030 y 2050, respectivamente.
El eje de la nueva estrategia energética, "es remplazar la importación de gasolinas originarias de Texas (sur de EEUU) con la refinación del petróleo de México", país que exporta la mitad de producción de petróleo crudo, para dejar de expulsar migrantes, y eventualmente subir los salarios.
El autor afirma que es factible imponer es política, si López Obrador utiliza la fuerza de los 30 millones de votos que obtuvo el 1 de julio, para recuperar la soberanía energética, cuando tome posesión el 1 de diciembre.
El jefe negociador por México del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Ildefonso Guajardo, dijo el jueves en Washington que su país y EEUU buscan un acuerdo lo antes posible.