"Es mejor obtener un buen acuerdo que uno más rápido", dijo Guajardo a periodistas al llegar a la oficina del representante comercial de EEUU, Robert Lighthizer, para continuar otra ronda bilateral por quinta semana consecutiva en busca de un acuerdo antes de fin de mes.
Sin embargo, el también titular de la cartera de Economía reiteró que, entre los negociadores de ambos países, "la idea es hacer todo lo mejor para finalizar el trato lo antes posible".
El negociador mexicano fue menos optimista que el 22 de agosto, en la entrada de la sede de la oficina de Lighthizer, cuando afirmó que estaban allí "por un día más de trabajo, como ha sido siempre, seguimos siendo responsables".
La declaración atemperó su expresión de un día antes, cuando causó un revuelo en los mercados financieros y comerciales al afirmar que esperaba que tendrían "una solución en el próximo par de horas o días".
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Frente a la posibilidad de perder el control de la Cámara de Representantes en los comicios de noviembre próximo, el presidente de EEUU, Donald Trump, busca a toda prisa que el acuerdo se haga este mes porque los congresistas necesitan 90 días para analizar algún documento.
Los principales temas que han impedido terminar la negociación son: las nuevas reglas de origen de la industria automotriz, los mecanismos de solución de controversias, las condiciones temporales para exportaciones agroalimentarias y la cláusula para terminar cada cinco años el tratado, llamada Sunset (ocaso), todas propuestas por Trump.
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Trump quiere elevar del 62,5% actual a 80% o el componente obligatorio de producción en los tres países, con 50% fabricado en EEUU, propuesta que es rechazada por sus dos socios.
En las negociaciones participan además el canciller mexicano, Luis Videgaray, y Jesús Seade, representante del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, quien asumirá el 1 de diciembre.