"Estamos construyendo una democracia no una dictadura, no va a imponerse nada, se va a escuchar, a respetar a todos, y vamos a garantizar el derecho a disentir y a la crítica en un ambiente de libertades plenas", dijo López Obrador en conferencia de prensa conjunta con el titular del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón.
El ganador de las elecciones presidenciales, que aún espera la declaración oficial como presidente electo, mantuvo una reunión con los empresarios y se comprometió a "mejorar las condiciones de vida y de trabajo, a conseguir la paz y la tranquilidad que el país requiere".
El político de izquierda nacionalista, de 64 años, dijo que el país está "inaugurando una etapa nueva, vamos por el camino de la concordia no se va a imponer nada, vamos convencer y argumentar", enfatizó.
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El líder fundador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena, izquierda) expresó además su "confianza en el sector empresarial", y destacó a la vez que "ellos han manifestado su confianza con el nuevo Gobierno, que va a encabezar las acciones de transformación de nuestro país", celebró.
Contratos petroleros y confianza en Peña Nieto
López Obrador agradeció la ayuda ofrecida "para que la transición se dé de manera ordenada", al tiempo que les informó del encuentro con el presidente Enrique Peña Nieto que fue realizada en un clima de "cordialidad y cooperación".
En cuanto a los contratos petroleros que al final del gobierno saliente sumarán compromisos de inversión por unos 200.000 millones de dólares, confirmó que la próxima administración los someterá a revisión.
"En caso de anomalías o que no se hayan celebrado de conformidad con la ley, o impliquen actos de corrupción, (los contratos) se van a impugnar; pero en el cauce legal, sin actuar de manera arbitraria, acudiendo al Congreso o a los tribunales internacionales", adelantó.
A pesar de que las fuerzas políticas que apoyaron a López Obrador tendrían mayoría en el Congreso, aún no alcanzan la mayoría calificada de tres cuartas partes del Congreso para modificar la Constitución, o revertir la reformas estructurales, como la energética, aprobadas durante el mandato de Peña Nieto.
El objetivo es que los negociadores de los gobiernos saliente y entrante, se coordinen con las cámaras empresariales "para discutir las estrategias en conjunto", como ha ocurrido desde el año pasado.
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Por su parte, el líder del CCE, declaró ambas que partes acordaron "mecanismos de trabajo para la transición, lo que genera mucha confianza, hay gran apertura y posibilidad de coordinarnos con su equipo de trabajo", dijo Castañón.
Los empresarios, conocen "las grandes instituciones que hemos venido forjando, la institución presidencial que López Obrador presidirá requiere un Gobierno sólido, fuerte, que impulse la unidad y la confianza en los mexicanos", puntualizó al final de la reunión en la capital mexicana.
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López Obrador logró 52,96% de los votos para presidente, más de 30 puntos de ventaja sobre el centrista Ricardo Anaya, que obtuvo 22,49%, y el oficialista José Antonio Meade logró 16,4%.
Eso significa que el próximo mandatario no dispone de los 375 diputados (tres cuartas partes del total) para modificar la Constitución.
En el Senado esa relación sería de 70 curules para los partidos del próximo mandatario, 38 para los que apoyaron a Anaya y 20 senadores para los seguidores de Meade.