Y es que tras declarar que avalaba completamente la versión británica acerca de la implicación rusa en la intoxicación del exespía ruso Serguéi Skripal, Tillerson montó raudo en el avión. Esto fue demasiado para Trump, quien ya más de una vez había manifestado abierta y públicamente su disensión en varios temas con su ya ex jefe de la diplomacia.
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Esa declaración de Tillerson, seguida de ese rápido abordaje, no evitó que su jefe no aguardara a su llegada para anunciar su decisión largamente esperada. Así, en pleno vuelo, cargó a su ave favorita, la de los 280 caracteres, con un misil tierra-aire. Y la combinación de letras resultó en este mensaje:
Para el presidente del Observatorio Hispano-Ruso de Eurasia, Fernando Moragón, "esta destitución número 20 lo que revela es que Donald Trump no tiene equipo. Ha tenido prácticamente que improvisar su equipo, y de ahí que tenga que meter un montón de gente en la que por diversas razones, sean más o menos lógicas, no confía, o pierde su confianza rápidamente en ellos".
El analista lo entiende por el lado de que Trump "no tiene un partido detrás tampoco. Su partido lo apoya cuando le interesa, y Trump tampoco confía en el Partido Republicano. No tiene equipo propio y esto hace que vaya dando bandazos. Esto, enmarcado en una lucha feroz con el Partido Demócrata y con parte del Partido Republicano que constantemente le están sacando dossiers sobre sus colaboradores diciendo 'que si se han encontrado con algún embajador ruso alguna vez', y cosas por el estilo, para descalificarlos".
Entonces, el 'ángel caído' dio paso al vuelo de un halcón: el ya exdirector de la CIA, Mike Pompeo, toma el relevo de Tillerson para ejecutar una diplomacia más agresiva, en un momento en que se vislumbra un acercamiento al máximo nivel entre EEUU y Corea del Norte.
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"Lo que no tengo claro es hasta qué punto EEUU realmente quiere negociar con Corea del Norte. Yo no creo que quieran negociar. Otra cosa es que tengan que hacer un cierto disimulo para en algún momento romper las negociaciones", y que responsabilicen de eso a Pyongyang, observa el experto.
Así, Corea del Norte le sirve al juego de EEUU, según Moragón, quien indica que Washington "puede presentarlo como un malo muy malo, incluso por las características un tanto peculiares de Kim Jong-un, y luego le sirve para justificar toda su política en la parte del Pacífico, es decir, el rearme de sus aliados, Japón y Corea del Sur, al mismo tiempo que su propio rearme, su propia presencia cada vez mayor en el mar de la China Meridional, y su presión sobre China".
"Y Mike Pompeo… vamos a ver lo que tarda en perder la confianza de su presidente", ironiza Fernando Moragón