"Quiero dejarles desde ya un mensaje muy claro, resumido en una frase: Brasil está de vuelta", dijo el presidente en sus primeras palabras, según recoge el portal brasileño de noticias G1.
El gigante suramericano podría haber crecido un 1% en 2017 y se espera que llegue al 2,7% del PIB en 2018, según las previsiones más recientes del Banco Central de Brasil.
Además, Temer aseguró que esos buenos datos son posibles gracias a las reformas económicas que está llevando a cabo su Gobierno, como la reforma laboral o el cambio legal que congela el gasto público en los próximos 20 años.
"Hoy los principales actores políticos y económicos convergen en que no hay alternativa a la agenda de reformas que estamos promoviendo, el espacio para una vuelta atrás es virtualmente inexistente", dijo para justificar sus políticas de austeridad.
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Además, añadió que antes de dejarla presidencia pretende llevar a cabo también una simplificación tributaria.
El otro eje del discurso del líder brasileño giró en torno al paquete de privatizaciones y concesiones a empresas privadas de bienes y proyectos públicos; tras los 70 proyectos licitados hasta el momento en 2018 se ofrecerán otros 75.
"Son puertos, aeropuertos, estaciones, líneas de tren, líneas de transmisión, yacimientos de gas y de petróleo que ofrecen grandes oportunidades a empresas nacionales y extranjeras", aseveró.
En este sentido recordó que el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) está más cerca que nunca porque por primera vez en 20 años hay una perspectiva "realista" de llegar a un acuerdo amplio y equilibrado.
En 2017 Temer fue denunciado en dos ocasiones por presuntos delitos de corrupción y obstrucción a la Justicia por la Fiscalía, pero las dos denuncias fueron archivadas por la Cámara de Diputados.
Es la primera vez que el líder del Ejecutivo brasileño está presente en Davos desde 2014, cuando lo hizo la entonces presidenta Dilma Rousseff (2003-2011).