"Entre los eventuales pretendientes a hacer tal adquisición figuran Siria, Irak, Sudán y Egipto, o cuantos sientan amenaza para su seguridad de parte de las organizaciones terroristas y los países de la OTAN", señaló.
También recordó que Turquía, siendo miembro de la Alianza Atlántica, prefirió poner en riesgo sus relaciones con los dirigentes de la OTAN, dando prioridad al fortalecimiento de su capacidad defensiva, y tomó la decisión de comprar varios S-400.
"El S-400 es un sistema antiaéreo único y su demanda en el mercado mundial irá en aumento", afirmó Bóndarev y al mismo tiempo señaló que no se puede vender tal armamento a cualquiera.
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Moscú y Ankara firmaron un contrato sobre el suministro de varios S-400 a Turquía, comunicó en septiembre pasado la oficina de prensa del Servicio Federal ruso de Cooperación Técnico-Militar.
El sistema antiaéreo móvil S-400 Triumf (SA-21 Growler en la clasificación de la OTAN) es capaz de abatir aparatos aéreos tácticos y estratégicos, incluidos los de tecnología furtiva, misiles de crucero, misiles balísticos tácticos y táctico-operativos, así como destruir instalaciones en tierra, en particular burlando la resistencia radioelectrónica y otra.