"El presidente Maduro debe saber que todo ha aumentado demasiado; un kilo de arroz o azúcar no baja de 100.000 bolívares. Si calculas un salario mensual de 700.000 bolívares, alivia un poco, pero no compensa el alza de los precios, porque con el aumento del salario aumentará aún más el precio de la comida; es un juego macabro de los comerciantes que siempre quieren ganar más", dijo a esta agencia Julio Gómez, docente y residente de Caracas.
En base a la tasa del dólar oficial más alto, los 797.510 bolívares equivalen a 77 dólares, pero calculado a la tasa paralela, por la cual se rigen la mayoría de los comerciantes, el montó es de 6,6 dólares.
Entre el 1 de diciembre de 2017 y el 1 de enero de 2018, el bolívar pasó de 41.290 a 119.779 por dólar, por lo que con esta alza el salario mínimo anterior había quedado reducido a 3,8 dólares (456.608 bolívares).
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Para Nelsymar Fermín quien se desempeña como cocinera y empleada de limpieza para alimentar a su hijo de 14 años, señaló que pese a los aumentos, cada vez puede comprar menos.
"El presidente aumenta y aumenta, pero cuando uno va a comprar el dinero se desaparece, vas al supermercado, sales con cuatro bolsas de comida y es un millón de bolívares (8,3 dólares de acuerdo al dólares), dijo la mujer a esta agencia.
Ante esta situación el nivel adquisitivo de los venezolanos se desplomó al igual que el bolívar.
Sin embargo, los comerciantes han logrado protegerse de esta situación elevando los precios de sus productos a la par que lo hace el dólar paralelo, sin que eso implique pagarle más a sus empleados.
No obstante, en enero de 2017 el salario mínimo integral de un venezolano calculado a la tasa oficial más alta era de 153,92 dólares, al ubicarse en 104.358 bolívares tras el primer aumento de ese año, y a la tasa paralela los comerciantes pagaban a sus trabajadores 29,73 dólares.
Es decir, calculado a la tasa oficial el salario mínimo integral de 2018, redujo 76,92 dólares en un año y calculado según el mercado negro los venezolanos devengan 25,93 dólares menos que a inicios de 2017.
"Esos aumentos dan un alivio casi que de un mes, porque todo está demasiado caro (costoso); casi mensualmente he sacado de mi mercado alimentos que antes consumía con regularidad, he bajado el consumo de verduras, frutas y hasta de carne y quesos e igual no me alcanza; no sé qué va a pasar en este 2018, pasaremos hambre", acotó Mirlenis Andrade, asistente de un laboratorio médico.
De acuerdo con el informe publicado en octubre por el Fondo Monetario Internacional, Venezuela se encuentra en una recesión cada vez más profunda y proyectó que en 2018 la inflación será de 2.349,3%.