"Es más pánico que una valoración integral": ¿reducir la jornada laboral en México golpea a las mipymes?
"Es más pánico que una valoración integral": ¿reducir la jornada laboral en México golpea a las mipymes?
Sputnik Mundo
Si bien las pequeñas y medianas empresas son más vulnerables que las grandes compañías por factores estructurales como la capacidad económica y productiva, es... 06.12.2025, Sputnik Mundo
Esta semana, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) presentó la nueva propuesta para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, un pendiente de la Administración actual que beneficiará a 13,4 millones de trabajadores del país latinoamericano, según estimaciones oficiales.A pesar de que el proyecto plantea una reducción gradual, que se dosificaría entre 2026 y 2030 para dar tiempo a las empresas de hacer las adecuaciones pertinentes, el anuncio provocó el rechazo de un sector de la sociedad que ve en el proyecto un intento del oficialismo por captar votos y un duro golpe a las micro, pequeñas y medianas empresas, mejor conocidas como mipymes, aun cuando el esquema propuesto es resultado de sendas negociaciones entre el Gobierno y la iniciativa privada.Por ejemplo, en una entrevista con el diario local La Silla Rota, el presidente del Consejo para el Desarrollo del Comercio en Pequeño, Gerardo López, advirtió que disminuir las horas laborales aumentará los costos de nómina y operación de los pequeños negocios entre un 15 y 20%."A la empresa le puede generar un mayor gasto, si reduces el personal, tienes que hacer dos cosas: compensas con mayor salario para tener tu planta productiva de atención o tienes que contratar otra persona para suplir esas ocho horas a la semana, que representa productividad y ventas", continuó.Las unidades económicas pequeñas representaron 3,7% del total. En ellas laboraba 14,8% del personal ocupado y generaron 17,6% de los ingresos totales. Mientras que, la participación económica de las unidades medianas fue de 0,7%, emplearon 14,4% del personal ocupado y aportaron 21,8% de los ingresos totales.Grandes empresas enfrentarán desafíosEn diálogo con Sputnik, el doctor en economía César Salazar, adscrito al Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, argumentó que, si bien es cierto que las mipymes son más vulnerables que las grandes empresas por una serie de factores estructurales como el tamaño y la capacidad económica y productiva, la realidad es que muchos de estos negocios se encuentran, "de facto", en la informalidad. Es decir, sin pagar seguridad social y otras prestaciones que determina la ley.Lo anterior implica que "cualquier tipo de regulación laboral no les impacta mucho, como tampoco les [afecta] el incremento al salario mínimo, por ejemplo, porque no están obligadas a rendirle cuentas a alguien", ponderó."El mercado laboral en México está sumamente fragmentado y hace que no a todos les afecte por igual", señaló el economista.En ese sentido, Salazar estima que, si la jornada laboral es reducida, la mayor afectación, sobre todo en relación con los márgenes de utilidad, será para las grandes compañías, sobre todo las que funcionan con horarios extendidos."Los que tienen jornadas de 48 horas, o incluso más, son aquellas empresas de servicios que están en el sector del comercio, [por ejemplo] estas tiendas que abren de 9:00 a 21:00 horas, que no cierran ningún día (...), donde incluso los trabajadores tienden a descansar entre semana, que no se les permite tomar días de descanso en fin de semana", refirió el experto.Una autocrítica necesariaPor su parte, el doctor en economía Óscar Rojas, coordinador del Centro de Estudios del Capitalismo Contemporáneo (CECC), le dijo a Sputnik que es necesario distinguir entre lo que es un costo y lo que es la eficiencia productiva."Si haces una medición sobre el aumento del salario y la reducción de las jornadas, habrá un impacto. Pero la Organización Internacional del Trabajo (OIT), lo que señala en sus estudios, es que, a una jornada menor, hay una mayor eficiencia general. Y eficiencia es generar ganancias, en última instancia", expresó el especialista.Si bien admitió que no se puede tratar igual a las grandes firmas —las cuales, dijo, apenas representan el 0,2% del total de unidades económicas del país— que a las mipymes, el economista sostuvo que es necesario "tener diferentes tipos de aproximación" al problema.Por ello, Rojas sostuvo que se tienen que sacar a la luz los mecanismos que impulsan el mercado informal, con el fin de entender cuáles son ineludibles y cuáles son una decisión encaminada a elevar los porcentajes de ganancia a costa de los trabajadores.De esa manera, Rojas aseveró que apelar al incremento de costos como argumento contra la reducción de la jornada laboral "es más pánico que realmente una valoración integral de lo que está sucediendo", además de que la "reforma, precisamente, tiene el concepto de gradualidad para evitar ese choque" económico.Al mismo tiempo, el experto remarcó que el sector privado nacional necesita llevar a cabo una autocrítica, toda vez que, desde la instauración del neoliberalismo, las condiciones productivas en el país latinoamericano "no han sido las mejores en términos de eficiencia" y, más bien, "se han anclado en el abuso y en la sobreexplotación de la base laboral".Por consiguiente, el también docente en la UNAM declaró que es momento de evaluar la situación laboral más allá del costo para las compañías, e incluir el factor de la eficiencia.Adicionalmente, Rojas observó que México está reorganizando su mercado interno, lo que implica ir ordenando los distintos sectores para atender uno de los problemas crónicos del país: la informalidad.Por lo tanto, concluyó que, en el entorno de esta reestructuración, es momento de que el sector privado asuma la posibilidad de aprovechar para hacer una actualización en sus mecanismos y transitar de "esta visión de costos a la visión de la nueva productividad social que se quiere alcanzar".
Si bien las pequeñas y medianas empresas son más vulnerables que las grandes compañías por factores estructurales como la capacidad económica y productiva, es poco probable que recortar la jornada laboral en México las perjudique debido a que muchas de ellas operan al margen de la formalidad, dijeron expertos a Sputnik.
Esta semana, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) presentó la nueva propuesta para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, un pendiente de la Administración actual que beneficiará a 13,4 millones de trabajadores del país latinoamericano, según estimaciones oficiales.
A pesar de que el proyecto plantea una reducción gradual, que se dosificaría entre 2026 y 2030 para dar tiempo a las empresas de hacer las adecuaciones pertinentes, el anuncio provocó el rechazo de un sector de la sociedad que ve en el proyecto un intento del oficialismo por captar votos y un duro golpe a las micro, pequeñas y medianas empresas, mejor conocidas como mipymes, aun cuando el esquema propuesto es resultado de sendas negociaciones entre el Gobierno y la iniciativa privada.
Por ejemplo, en una entrevista con el diario local La Silla Rota, el presidente del Consejo para el Desarrollo del Comercio en Pequeño, Gerardo López, advirtió que disminuir las horas laborales aumentará los costos de nómina y operación de los pequeños negocios entre un 15 y 20%.
"La reducción de la jornada laboral sin estar considerando temas de productividad, o donde la estructura comercial y empresarial lo puede soportar, [representaría] un impacto negativo", aseguró López.
"A la empresa le puede generar un mayor gasto, si reduces el personal, tienes que hacer dos cosas: compensas con mayor salario para tener tu planta productiva de atención o tienes que contratar otra persona para suplir esas ocho horas a la semana, que representa productividad y ventas", continuó.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) mexicano, en 2023 trabajaron 27.785.505 personas en 5.451.113 unidades económicas. Del total, 95,5% eran microempresas y emplearon a 41,5% de las personas ocupadas. Su contribución a los ingresos totales fue de 17,1%.
Las unidades económicas pequeñas representaron 3,7% del total. En ellas laboraba 14,8% del personal ocupado y generaron 17,6% de los ingresos totales. Mientras que, la participación económica de las unidades medianas fue de 0,7%, emplearon 14,4% del personal ocupado y aportaron 21,8% de los ingresos totales.
Grandes empresas enfrentarán desafíos
En diálogo con Sputnik, el doctor en economía César Salazar, adscrito al Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, argumentó que, si bien es cierto que las mipymes son más vulnerables que las grandes empresas por una serie de factores estructurales como el tamaño y la capacidad económica y productiva, la realidad es que muchos de estos negocios se encuentran, "de facto", en la informalidad. Es decir, sin pagar seguridad social y otras prestaciones que determina la ley.
Lo anterior implica que "cualquier tipo de regulación laboral no les impacta mucho, como tampoco les [afecta] el incremento al salario mínimo, por ejemplo, porque no están obligadas a rendirle cuentas a alguien", ponderó.
"El mercado laboral en México está sumamente fragmentado y hace que no a todos les afecte por igual", señaló el economista.
En ese sentido, Salazar estima que, si la jornada laboral es reducida, la mayor afectación, sobre todo en relación con los márgenes de utilidad, será para las grandes compañías, sobre todo las que funcionan con horarios extendidos.
"Los que tienen jornadas de 48 horas, o incluso más, son aquellas empresas de servicios que están en el sector del comercio, [por ejemplo] estas tiendas que abren de 9:00 a 21:00 horas, que no cierran ningún día (...), donde incluso los trabajadores tienden a descansar entre semana, que no se les permite tomar días de descanso en fin de semana", refirió el experto.
"Esos [comercios] son los que se van a ver más afectados porque o pagan tiempo extra, hasta donde la ley les permite, o tienen que contratar a más personas para tener el mismo nivel de atención durante toda la semana", añadió.
Una autocrítica necesaria
Por su parte, el doctor en economía Óscar Rojas, coordinador del Centro de Estudios del Capitalismo Contemporáneo (CECC), le dijo a Sputnik que es necesario distinguir entre lo que es un costo y lo que es la eficiencia productiva.
"Si haces una medición sobre el aumento del salario y la reducción de las jornadas, habrá un impacto. Pero la Organización Internacional del Trabajo (OIT), lo que señala en sus estudios, es que, a una jornada menor, hay una mayor eficiencia general. Y eficiencia es generar ganancias, en última instancia", expresó el especialista.
Si bien admitió que no se puede tratar igual a las grandes firmas —las cuales, dijo, apenas representan el 0,2% del total de unidades económicas del país— que a las mipymes, el economista sostuvo que es necesario "tener diferentes tipos de aproximación" al problema.
Por ello, Rojas sostuvo que se tienen que sacar a la luz los mecanismos que impulsan el mercado informal, con el fin de entender cuáles son ineludibles y cuáles son una decisión encaminada a elevar los porcentajes de ganancia a costa de los trabajadores.
"Para el empresario, la ganancia que tenga siempre va a ser insuficiente, siempre va a querer más. Y ahí es donde sí tenemos que hacer una distinción en términos del concepto de economía mixta, porque no es lo mismo el sector público y sus objetivos, el sector social y sus objetivos y el sector privado y sus objetivos", indicó.
De esa manera, Rojas aseveró que apelar al incremento de costos como argumento contra la reducción de la jornada laboral "es más pánico que realmente una valoración integral de lo que está sucediendo", además de que la "reforma, precisamente, tiene el concepto de gradualidad para evitar ese choque" económico.
Al mismo tiempo, el experto remarcó que el sector privado nacional necesita llevar a cabo una autocrítica, toda vez que, desde la instauración del neoliberalismo, las condiciones productivas en el país latinoamericano "no han sido las mejores en términos de eficiencia" y, más bien, "se han anclado en el abuso y en la sobreexplotación de la base laboral".
Por consiguiente, el también docente en la UNAM declaró que es momento de evaluar la situación laboral más allá del costo para las compañías, e incluir el factor de la eficiencia.
Adicionalmente, Rojas observó que México está reorganizando su mercado interno, lo que implica ir ordenando los distintos sectores para atender uno de los problemas crónicos del país: la informalidad.
"El sector privado también tiene que dar de su parte e ir avanzando también en el uso de mejoras tecnológicas y de los flujos de trabajo, porque hay muchas veces que una empresa puede estar trabajando sobre flujos muy ineficientes y no ha habido ningún incentivo para que estos puedan ser arreglados", razonó.
Por lo tanto, concluyó que, en el entorno de esta reestructuración, es momento de que el sector privado asuma la posibilidad de aprovechar para hacer una actualización en sus mecanismos y transitar de "esta visión de costos a la visión de la nueva productividad social que se quiere alcanzar".
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