¿La prensa es vista como una casta?: Milei tensa la relación con los medios en Argentina
¿La prensa es vista como una casta?: Milei tensa la relación con los medios en Argentina
Sputnik Mundo
El portavoz presidencial deslizó la posibilidad de restringir el acceso de periodistas a las habituales ruedas de prensa. De fondo asoma el conflicto con el... 07.03.2025, Sputnik Mundo
Cuando el presidente argentino Javier Milei asumió el cargo, juró combatir a la "casta", concepto que engloba a políticos, empresarios y periodistas. La tensión con el último de estos sectores quedó reflejada en los últimos días, entre descargos del mandatario en sus redes sociales y las declaraciones públicas de su portavoz.Primero fue el propio Milei quien calificó de "basuras", "empobrecedores" y "marionetas operadores" a los comunicadores que planteaban dudas sobre la sostenibilidad del esquema cambiario. El mandatario publicó en su cuenta de X un fuerte descargo contra Carlos Pagni, uno de los editorialistas más renombrados del país austral, quien había marcado potenciales fisuras del programa económico.Al día siguiente quien tomó la posta fue el portavoz presidencial Manuel Adorni. Durante sus habituales ruedas de prensa, el vocero sugirió la posibilidad de apelar a un "botón muteador" para cortar los micrófonos de los periodistas acreditados en la Casa Rosada. Además, el funcionario adelantó el avance hacia un "esquema donde la gente elija quiénes estén y quiénes no [en las ruedas de prensa]", aludiendo a un "Gran Hermano periodístico".La medida no es trivial. Meses atrás, el Ejecutivo había comenzado a restringir el acceso de periodistas con el objetivo de conformar una "sala de prensa de élite", integrada por comunicadores que "puedan demostrar que merecen estar cerca del presidente". En ese marco, el oficialismo había dispuesto la resolución N.º 4/2024, que lo habilitaba a expulsar a quienes ejercieran "una conducta indecorosa o temeraria". Desde que asumió Milei, en diciembre de 2023, el Gobierno quitó la acreditación de más de 50 periodistas que trabajaban en la Casa Rosada.La hostilidad quedó reflejada en la ceremonia de apertura de sesiones del Congreso encabezada por el presidente Milei. Horas antes del acto, reporteros acreditados en el Parlamento advirtieron que no podían ingresar a los habituales palcos de prensa, desplazados a otros más pequeños y sin acceso al audio del discurso del mandatario.La tensión entre Gobiernos y periodistas no es nueva en Argentina. De hecho, el Gobierno de Milei halló en las últimas semanas un llamativo punto en común con el de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015): el conflicto con Clarín, el principal aglomerado de medios del país.Tras meses de críticas hacia las principales figuras del grupo empresarial -que, no obstante, ha respaldado gran parte del programa libertario-, la fricción en la relación entre el Ejecutivo y el multimedio terminó de explotar con la compra de la española Telefónica por parte de Clarín, por más de 1.200 millones de dólares. De este modo, el conglomerado se erige como uno de los mayores grupos empresariales de toda Latinoamérica.En ese marco, Milei publicó en sus redes que los periodistas pertenecientes a Clarín "no paran de hostigar con mentiras al Gobierno simplemente porque dijimos que íbamos a defender a los argentinos del abuso de la posición dominante que el Grupo quiere tener en el mundo de las telecomunicaciones". En sus redes sociales, el mandatario remarcó que los integrantes del conglomerado "presionan y operan a los gobiernos para obtener beneficios, aun si es a costa de los argentinos".Una escalada en la tensiónPara el experto, más allá de la tensión, "no pareciera que esto vaya a avanzar más, porque al Gobierno no le interesa el apoyo de la prensa tradicional como sí la comunicación por redes sociales. La pregunta es si el conflicto con los medios es un activo para el oficialismo, que hasta ahora elige los agravios y el señalamiento permanente como forma de rechazo a las críticas", apuntó el consultor. "Es innegable que hay total libertad de prensa en Argentina, pero la idea de una 'casta' a combatir sirve para englobar a cualquiera que no sea del agrado del Ejecutivo. Ha perdido bastante valor esta noción, considerando la afinidad del Gobierno con ciertos grupos empresarios", consideró el especialista.Un enemigo en comúnSegún Romá, la decisión del Ejecutivo de elegir como adversario al principal conglomerado de medios del país resulta paradójica. "Durante todo el Gobierno, el Grupo Clarín ha mostrado cierto apoyo en su pantalla. Pero hay una diferencia entre el grupo mediático y el empresarial, que tiene intereses que van mucho más allá de la prensa", esgrimió."La fricción con el Grupo Clarín no es algo nuevo. Lo que sí es nuevo es que ahora quien denuncia la existencia de un monopolio sea un líder más afín a la derecha, quien confronte con el multimedio, cuando antes esto era propio de espacios de centro-izquierda, como el de Cristina Kirchner", agregó el analista."No hay muchos puntos en común entre Milei y Kirchner, pero la crítica a Clarín podría hallarlos en un lugar sorpresivamente similar", sostuvo.
El portavoz presidencial deslizó la posibilidad de restringir el acceso de periodistas a las habituales ruedas de prensa. De fondo asoma el conflicto con el principal conglomerado de medios del país. "Hay una tirantez creciente, pero es más simbólica que práctica", dijo a Sputnik un experto.
Cuando el presidente argentino Javier Milei asumió el cargo, juró combatir a la "casta", concepto que engloba a políticos, empresarios y periodistas. La tensión con el último de estos sectores quedó reflejada en los últimos días, entre descargos del mandatario en sus redes sociales y las declaraciones públicas de su portavoz.
Primero fue el propio Milei quien calificó de "basuras", "empobrecedores" y "marionetas operadores" a los comunicadores que planteaban dudas sobre la sostenibilidad del esquema cambiario. El mandatario publicó en su cuenta de X un fuerte descargo contra Carlos Pagni, uno de los editorialistas más renombrados del país austral, quien había marcado potenciales fisuras del programa económico.
OPERADORES DE LA DEVA Sinceramente me repugnan de modo superlativo todos esos periodistas operadores que se quejan de los salarios en dólares diciendo que eso golpea negativamente sobre la competitividad. A esas basuras les pregunto ¿cómo hacen países como EEUU, Alemania,… https://t.co/TqiMJH6jX5
Al día siguiente quien tomó la posta fue el portavoz presidencial Manuel Adorni. Durante sus habituales ruedas de prensa, el vocero sugirió la posibilidad de apelar a un "botón muteador" para cortar los micrófonos de los periodistas acreditados en la Casa Rosada. Además, el funcionario adelantó el avance hacia un "esquema donde la gente elija quiénes estén y quiénes no [en las ruedas de prensa]", aludiendo a un "Gran Hermano periodístico".
"Estamos pensando en un esquema en el que los periodistas puedan ser elegidos por la gente"
Manuel Adorni bromeó sobre un "Gran Hermano de periodistas" para las conferencias de prensa en Casa Rosada y afirmó: "Lo estamos diseñando para que la gente se sienta representada". pic.twitter.com/5zjixL9ZvL
La medida no es trivial. Meses atrás, el Ejecutivo había comenzado a restringir el acceso de periodistas con el objetivo de conformar una "sala de prensa de élite", integrada por comunicadores que "puedan demostrar que merecen estar cerca del presidente". En ese marco, el oficialismo había dispuesto la resolución N.º 4/2024, que lo habilitaba a expulsar a quienes ejercieran "una conducta indecorosa o temeraria". Desde que asumió Milei, en diciembre de 2023, el Gobierno quitó la acreditación de más de 50 periodistas que trabajaban en la Casa Rosada.
La hostilidad quedó reflejada en la ceremonia de apertura de sesiones del Congreso encabezada por el presidente Milei. Horas antes del acto, reporteros acreditados en el Parlamento advirtieron que no podían ingresar a los habituales palcos de prensa, desplazados a otros más pequeños y sin acceso al audio del discurso del mandatario.
La tensión entre Gobiernos y periodistas no es nueva en Argentina. De hecho, el Gobierno de Milei halló en las últimas semanas un llamativo punto en común con el de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015): el conflicto con Clarín, el principal aglomerado de medios del país.
Tras meses de críticas hacia las principales figuras del grupo empresarial -que, no obstante, ha respaldado gran parte del programa libertario-, la fricción en la relación entre el Ejecutivo y el multimedio terminó de explotar con la compra de la española Telefónica por parte de Clarín, por más de 1.200 millones de dólares. De este modo, el conglomerado se erige como uno de los mayores grupos empresariales de toda Latinoamérica.
En ese marco, Milei publicó en sus redes que los periodistas pertenecientes a Clarín "no paran de hostigar con mentiras al Gobierno simplemente porque dijimos que íbamos a defender a los argentinos del abuso de la posición dominante que el Grupo quiere tener en el mundo de las telecomunicaciones". En sus redes sociales, el mandatario remarcó que los integrantes del conglomerado "presionan y operan a los gobiernos para obtener beneficios, aun si es a costa de los argentinos".
CLARÍN: LA GRAN ESTAFA ARGENTINA
Se ve particularmente enardecidos a buena parte de los empleados del Grupo Clarín. No paran de hostigar con mentiras al Gobierno simplemente porque dijimos que íbamos a defender a los argentinos del abuso de la posición dominante que el Grupo…
"Hay una tirantez creciente entre el Gobierno y los medios, pero es más simbólica que práctica. Esto es común entre los presidentes outsiders: el conflicto con los periodistas refuerza el discurso 'anticasta', ligando a la prensa con los principales grupos de poder", dijo a Sputnik el analista político Pablo Romá.
Para el experto, más allá de la tensión, "no pareciera que esto vaya a avanzar más, porque al Gobierno no le interesa el apoyo de la prensa tradicional como sí la comunicación por redes sociales. La pregunta es si el conflicto con los medios es un activo para el oficialismo, que hasta ahora elige los agravios y el señalamiento permanente como forma de rechazo a las críticas", apuntó el consultor.
"Es innegable que hay total libertad de prensa en Argentina, pero la idea de una 'casta' a combatir sirve para englobar a cualquiera que no sea del agrado del Ejecutivo. Ha perdido bastante valor esta noción, considerando la afinidad del Gobierno con ciertos grupos empresarios", consideró el especialista.
Un enemigo en común
Según Romá, la decisión del Ejecutivo de elegir como adversario al principal conglomerado de medios del país resulta paradójica. "Durante todo el Gobierno, el Grupo Clarín ha mostrado cierto apoyo en su pantalla. Pero hay una diferencia entre el grupo mediático y el empresarial, que tiene intereses que van mucho más allá de la prensa", esgrimió.
"La fricción con el Grupo Clarín no es algo nuevo. Lo que sí es nuevo es que ahora quien denuncia la existencia de un monopolio sea un líder más afín a la derecha, quien confronte con el multimedio, cuando antes esto era propio de espacios de centro-izquierda, como el de Cristina Kirchner", agregó el analista.
"No hay muchos puntos en común entre Milei y Kirchner, pero la crítica a Clarín podría hallarlos en un lugar sorpresivamente similar", sostuvo.
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