Regresa el color a los negocios callejeros del corazón de la Ciudad de México | Video
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Sputnik Mundo
En el corazón de la capital de México, los locales callejeros han resaltado por las vistosas ilustraciones que los decoran. Sin embargo, las autoridades... 17.02.2025, Sputnik Mundo
En la Alcaldía Cuauhtémoc, ubicada en el corazón de la Ciudad de México, grandes y animadas ilustraciones de alimentos han funcionado como gancho para la atracción de clientes a los locales que se ubican en las calles de la zona. Estos rótulos no solo han sido una estrategia publicitaria, sino que se convirtieron en parte de la identidad local.Si embargo, por espacio de casi tres años, los rótulos fueron sustituido por tonos grisáceos y uniformes como parte del plan de las autoridades locales para homologar la imagen de la alcaldía. "Lo interesante aquí es que la Alcaldía tuvo el poder, la infraestructura, para destruir entre 3.000 y 5.000 rótulos —que es lo que calculamos, solo en la Alcaldía Cuauhtémoc—, pero no tiene la capacidad de regenerarlos, de enmendar un error", afirmó para Sputnik el historiador Aldo Solano Rojas.¿Qué pasó con las ilustraciones?En 2022, Sandra Cuevas Nieves, entonces alcaldesa de Cuauhtémoc, instauró un reglamento para "ordenar el ambulantaje y generar una mejor imagen urbana, además de un padrón de comerciantes", según detalló ella misma en su cuenta de X.Así, una mañana de mayo, todos los puestos semifijos de las calles de la demarcación amanecieron pintados de blanco, con una calcomanía con el logotipo de la Alcaldía en lugar de los coloridos rótulos que los distinguían.La medida despertó el repudio de las personas, entre quienes utilizaron las redes sociales para expresar su descontento con la decisión.Sin embargo, a pesar del rechazo de vecinos, rotulistas y los mismos comerciantes, quienes se organizaron a través de distintos frentes en defensa del arte popular, la alcaldesa se mantuvo firme en su decisión, alegando que no eran expresiones artísticas, sino "usos y costumbres de la Ciudad de México".Tuvieron que pasar dos años y medio para que se permitiera a los locatarios decorar libremente sus negocios, lo cual dio pie al regreso de los característicos rótulos a las calles de la ciudad.Según informó la alcaldesa, durante los próximos tres años, la demarcación rescatará progresivamente los espacios con murales, rótulos y arte "como mecanismo de apropiación ciudadana", para lo que será lanzada una convocatoria a un concurso público para definir las intervenciones artísticas que se realizarán."Todo esto tiene implicaciones políticas"Para Solano Rojas, quien también es integrante de la Red Chilanga en Defensa del Arte y la Gráfica Popular (re.chida), lo anterior es un primer paso para reparar el "daño que se le hizo al espacio público al borrar los rótulos". No obstante, consideró que no es suficiente, toda vez que, en sus palabras, la eliminación de la identidad gráfica de los puestos "es de un nivel de humillación, no solo para los puesteros y para los rotulistas, sino para todos los usuarios del espacio público".Por otro lado, señaló que el atentado contra los rótulos no es inédito pues, desde finales de la década de 1950 y principios de 1960, estos ya eran "moneda de cambio", ya que el entonces regente del Departamento del Distrito Federal, Ernesto Uruchurtu, prohibió los murales en las pulquerías de la capital."Todo esto tiene implicaciones políticas que, además, nos dicen qué es lo que el funcionario quiere forzar, imponer, en el espacio público, [por eso], yo considero una pequeña victoria el que ahora la autoridad tuvo que asumir y aguantarse y decir: 'pues sí, por el riesgo que tiene nuestra imagen, no podemos ejercer tan fácilmente la violencia institucional'", sostuvo Solano Rojas."Se impuso la imagen de la alcaldía"Sputnik conversó con Alfredo Suárez Martínez, dueño de Fruturama, un puesto de frutas, jugos y licuados ubicado en calles de la alcaldía, quien relató que sus ventas se vieron profundamente afectadas, con una disminución aproximada del 50%, por el retiro de los rótulos."Se me hace excelente que hayan dejado poner de nuevo nuestros rótulos, porque prácticamente es nuestra imagen, es lo que nos representa en México (...), es la forma que la gente nos identifica, de alguna manera sabe qué estamos ofreciendo realmente [al ver el rótulo]", relató Suárez Martínez.Sin embargo, otros comerciantes que prefirieron no decir sus nombres por temor a represalias aseguraron a este medio que la Alcaldía estipuló que el pago por los nuevos rótulos debe correr a cargo de sus bolsillos.Sputnik solicitó a las autoridades locales información al respecto, sin embargo, no recibió respuesta.Pese a todo, Aldo Solano reiteró que es necesario que las autoridades dejen de atacar el espacio público."Vamos a ver cuándo podemos darlo por superado. Mi pronóstico es que nunca. Incluso hay puestos que dejaron de existir, porque sus ventas bajaron gracias al borramiento de los rótulos y hay muchos puestos vacíos que se quedarán así hasta que alguien más los compre", lamentó.Añadió que, al final de cuentas, la censura oficial a largo plazo gana porque, en sus palabras, "termina por domesticar, por dominar, aplacar al rótulo que le ofende al político con cromofobia, al político que busca una estandarización del espacio público bajo modelos hegemónicos europeos y que no se abre la mente". "[Pero] ese es nuestro espacio público y nuestro espacio público en México se ve así, tiene tortas de quesillo y tacos con ojos y bigotes y grandes letras de todos los colores. Eso es nuestro espacio público y eso es parte de nuestra cultura, de nuestra identidad", finalizó.
En el corazón de la capital de México, los locales callejeros han resaltado por las vistosas ilustraciones que los decoran. Sin embargo, las autoridades locales ordenaron su retiro, una medida a la que se opusieron tanto habitantes como vendedores al acusar un atentado contra la identidad. Hoy, casi tres años después, el color regresó.
En la Alcaldía Cuauhtémoc, ubicada en el corazón de la Ciudad de México, grandes y animadas ilustraciones de alimentos han funcionado como gancho para la atracción de clientes a los locales que se ubican en las calles de la zona. Estos rótulos no solo han sido una estrategia publicitaria, sino que se convirtieron en parte de la identidad local.
🌮🇲🇽 Regresa el color a los negocios callejeros del corazón de la Ciudad de México
En la céntrica alcaldía Cuauhtémoc, en la capital de México, los locales callejeros han resaltado por las vistosas ilustraciones que los decoran. Sin embargo, las autoridades locales ordenaron su… pic.twitter.com/HpN8Yt2Kzj
Si embargo, por espacio de casi tres años, los rótulos fueron sustituido por tonos grisáceos y uniformes como parte del plan de las autoridades locales para homologar la imagen de la alcaldía.
"Lo interesante aquí es que la Alcaldía tuvo el poder, la infraestructura, para destruir entre 3.000 y 5.000 rótulos —que es lo que calculamos, solo en la Alcaldía Cuauhtémoc—, pero no tiene la capacidad de regenerarlos, de enmendar un error", afirmó para Sputnik el historiador Aldo Solano Rojas.
¿Qué pasó con las ilustraciones?
En 2022, Sandra Cuevas Nieves, entonces alcaldesa de Cuauhtémoc, instauró un reglamento para "ordenar el ambulantaje y generar una mejor imagen urbana, además de un padrón de comerciantes", según detalló ella misma en su cuenta de X.
Así, una mañana de mayo, todos los puestos semifijos de las calles de la demarcación amanecieron pintados de blanco, con una calcomanía con el logotipo de la Alcaldía en lugar de los coloridos rótulos que los distinguían.
— Maldita Vecindad (@MalditaVecindad) May 19, 2022
La medida despertó el repudio de las personas, entre quienes utilizaron las redes sociales para expresar su descontento con la decisión.
"Me parece un atentado contra la cultura popular la atrocidad de homogeneizar los puestos", le espetó un usuario de X y vecino de la alcaldía a la alcaldesa Cuevas.
Sin embargo, a pesar del rechazo de vecinos, rotulistas y los mismos comerciantes, quienes se organizaron a través de distintos frentes en defensa del arte popular, la alcaldesa se mantuvo firme en su decisión, alegando que no eran expresiones artísticas, sino "usos y costumbres de la Ciudad de México".
Tuvieron que pasar dos años y medio para que se permitiera a los locatarios decorar libremente sus negocios, lo cual dio pie al regreso de los característicos rótulos a las calles de la ciudad.
"Después de años de prohibición, los rótulos volverán a las calles de nuestra alcaldía. Este es un triunfo para el arte popular y la identidad cultural urbana para llenar nuestras calles de vida y reconectar con nuestras raíces", anunció la nueva alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega, quien asumió el cargo el 1 octubre de 2024.
Según informó la alcaldesa, durante los próximos tres años, la demarcación rescatará progresivamente los espacios con murales, rótulos y arte "como mecanismo de apropiación ciudadana", para lo que será lanzada una convocatoria a un concurso público para definir las intervenciones artísticas que se realizarán.
Para Solano Rojas, quien también es integrante de la Red Chilanga en Defensa del Arte y la Gráfica Popular (re.chida), lo anterior es un primer paso para reparar el "daño que se le hizo al espacio público al borrar los rótulos".
No obstante, consideró que no es suficiente, toda vez que, en sus palabras, la eliminación de la identidad gráfica de los puestos "es de un nivel de humillación, no solo para los puesteros y para los rotulistas, sino para todos los usuarios del espacio público".
"Es insultante que la autoridad se crea facultada para decir qué es arte y qué no. Sobre todo cuando, desde la academia, estamos luchando por borrar estas divisiones clasistas de arte y arte popular. Entonces, eso fue bastante revelador [el borrado de los rótulos], respecto al nivel de educación en torno a este tema que tenían los funcionarios de ese momento", dijo en entrevista con Sputnik el estudioso del arte.
Por otro lado, señaló que el atentado contra los rótulos no es inédito pues, desde finales de la década de 1950 y principios de 1960, estos ya eran "moneda de cambio", ya que el entonces regente del Departamento del Distrito Federal, Ernesto Uruchurtu, prohibió los murales en las pulquerías de la capital.
"Todo esto tiene implicaciones políticas que, además, nos dicen qué es lo que el funcionario quiere forzar, imponer, en el espacio público, [por eso], yo considero una pequeña victoria el que ahora la autoridad tuvo que asumir y aguantarse y decir: 'pues sí, por el riesgo que tiene nuestra imagen, no podemos ejercer tan fácilmente la violencia institucional'", sostuvo Solano Rojas.
Sputnik conversó con Alfredo Suárez Martínez, dueño de Fruturama, un puesto de frutas, jugos y licuados ubicado en calles de la alcaldía, quien relató que sus ventas se vieron profundamente afectadas, con una disminución aproximada del 50%, por el retiro de los rótulos.
"Se me hace excelente que hayan dejado poner de nuevo nuestros rótulos, porque prácticamente es nuestra imagen, es lo que nos representa en México (...), es la forma que la gente nos identifica, de alguna manera sabe qué estamos ofreciendo realmente [al ver el rótulo]", relató Suárez Martínez.
"De este lado, ya se ve que tenemos agua, sándwiches, tortas, licuados y la gente ya lo ve y se acerca para preguntar sobre la torta, sobre el sándwich, creo que es lo que los motiva a comprar, ¿no?", continuó.
Sin embargo, otros comerciantes que prefirieron no decir sus nombres por temor a represalias aseguraron a este medio que la Alcaldía estipuló que el pago por los nuevos rótulos debe correr a cargo de sus bolsillos.
Sputnik solicitó a las autoridades locales información al respecto, sin embargo, no recibió respuesta.
Pese a todo, Aldo Solano reiteró que es necesario que las autoridades dejen de atacar el espacio público.
"El espacio público apenas se empieza a recuperar. Yo creo que no se va a recuperar del todo, fue un ataque que, sin previo aviso —para documentarlo o para negociarlo—, se impuso, porque no sólo se borraron [los rótulos], sino que se impuso la imagen de la alcaldía", sentenció el historiador.
"Vamos a ver cuándo podemos darlo por superado. Mi pronóstico es que nunca. Incluso hay puestos que dejaron de existir, porque sus ventas bajaron gracias al borramiento de los rótulos y hay muchos puestos vacíos que se quedarán así hasta que alguien más los compre", lamentó.
Añadió que, al final de cuentas, la censura oficial a largo plazo gana porque, en sus palabras, "termina por domesticar, por dominar, aplacar al rótulo que le ofende al político con cromofobia, al político que busca una estandarización del espacio público bajo modelos hegemónicos europeos y que no se abre la mente".
"[Pero] ese es nuestro espacio público y nuestro espacio público en México se ve así, tiene tortas de quesillo y tacos con ojos y bigotes y grandes letras de todos los colores. Eso es nuestro espacio público y eso es parte de nuestra cultura, de nuestra identidad", finalizó.
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