"Infertilidad social": Uruguay ha registrado en últimos años más fallecimientos que nacimientos
"Infertilidad social": Uruguay ha registrado en últimos años más fallecimientos que nacimientos
Sputnik Mundo
En los últimos años, Uruguay ha registrado más fallecimientos que nacimientos, por lo que la población del país puede reducirse en los próximos años... 13.12.2024, Sputnik Mundo
2024-12-13T01:07+0000
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Uruguay alcanzó los tres millones de habitantes en 1985 y, desde entonces, parece haber adoptado esa cifra como parte de su identidad. Casi cuarenta años después, los uruguayos apenas llegan a ser tres millones 499.451 y comienzan a dar señales de que serán cada vez menos en las próximas mediciones.El dato surge de los resultados finales del Censo 2023, cuyos datos terminaron de ser procesados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a principios de diciembre de 2024. Además de un crecimiento poblacional de solo un 1% desde el censo anterior realizado en 2011, el Gobierno uruguayo presentó un dato elocuente sobre el estancamiento poblacional del país: en los últimos tres años, Uruguay ha tenido más fallecimientos que nacimientos."Lo que ha ocurrido en los últimos tres años es que efectivamente las defunciones han estado por encima de los nacimientos. En 2021 y 2022, las defunciones todavía estaban algo afectadas por el efecto COVID, pero ya en el 2023 tenemos una mortalidad en niveles prepandémicos y, sin embargo, la natalidad sigue por debajo de la mortalidad", explicó a Sputnik Diego Aboal, director del INE.El funcionario consideró que lo más "dramático" es la caída de la natalidad que evidencian los números: mientras en 2015 Uruguay registraba 49.000 nacimientos, en 2023 fueron solamente 31.000. "Son 18.000 nacimientos menos en un período de tan solo ocho años", advirtió.Aboal relacionó la caída de la natalidad a un fenómeno conocido como "infertilidad social", vinculado a una menor tendencia a tener hijos en personas con un nivel de desarrollo socioeconómico mayor. En efecto, a contramano de la baja en la natalidad, el censo de 2023 demostró un claro mejoramiento en varios indicadores de la calidad de vida de los uruguayos: "En 1985, el 20% de las viviendas tenían piso de tierra y hoy es casi cero, la cobertura de agua y electricidad hoy es casi universal y no era así hace cuarenta años y hoy el 94% de los hogares tienen termotanque cuando en 1985 solo era el 47%", enumeró."Estamos ante un nuevo Uruguay y este nuevo Uruguay tiene estancamiento demográfico y envejecimiento importante, pero también tiene niveles de bienestar material mucho mayor, al menos que el país tenía hace cuatro décadas", destacó.¿Se requiere una política para aumentar la natalidad?Aboal explicó que, si bien hubo un exiguo crecimiento poblacional con respecto a la medición de 2011, el resultado negativo de los últimos tres años contradijo las previsiones que auguraban que el país superaría los 3,5 millones en este censo y adelantó a las proyecciones que colocaban el declive poblacional del país dentro de algunas décadas. "Creo que Uruguay está muy avanzado en la transición demográfica con este crecimiento natural negativo y, a menos que tengamos corrientes migratorias potentes, la hipótesis de una caída de la población en los próximos diez años tiene cierta probabilidad", sostuvo.El Censo 2023 también mostró un leve incremento de la población inmigrante: mientras en 2011 representaba un 2% de la población total, en esta edición ascendió al 4%. Aun así, el flujo de inmigrantes apenas logra equiparar a los uruguayos que deciden emigrar, por lo que el fenómeno no modifica la tendencia.De todas maneras, el jerarca evitó interpretar el dato con alarma y prefirió centrarse en los desafíos que el dato le implica al país sudamericano. Entre los más urgentes aparecen las dificultades que el envejecimiento poblacional puede significar para el sostenimiento del sistema de seguridad social del país, así como para el cuidado de las personas mayores, que de manera cada vez más frecuente alcanzarán la tercera edad sin hijos y nietos que los cobijen.Del otro lado, la caída poblacional también podría significar grupos menos reducidos en la educación pública y más docentes por alumno, algo oportuno para mejorar los resultados educativos."Si tenemos pocos nacimientos, por supuesto tenemos que cuidar a cada niño como algo muy preciado, intentando que cada uno tenga las mayores capacidades posibles", apuntó.El director del Instituto de Estadística uruguayo destacó que los datos le servirán de insumo al próximo gobierno uruguayo que asumirá en marzo de 2025, pero relativizó la necesidad de que el país deba afrontar de manera urgente políticas de fomento de la natalidad. "En definitiva, la cuestión es cuán bien viven los habitantes que decidan hacerlo en Uruguay, porque si son las opciones de vida que las personas eligen es difícil decir que hay que hacer algo distinto", aseveró.
En los últimos años, Uruguay ha registrado más fallecimientos que nacimientos, por lo que la población del país puede reducirse en los próximos años. Entrevistado por Sputnik, el director del Instituto Nacional de Estadística uruguayo, Diego Aboal, atribuyó la tendencia a una "infertilidad social" marcada por una mejor calidad de vida.
Uruguay alcanzó los tres millones de habitantes en 1985 y, desde entonces, parece haber adoptado esa cifra como parte de su identidad. Casi cuarenta años después, los uruguayos apenas llegan a ser tres millones 499.451 y comienzan a dar señales de que serán cada vez menos en las próximas mediciones.
El dato surge de los resultados finales del Censo 2023, cuyos datos terminaron de ser procesados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a principios de diciembre de 2024. Además de un crecimiento poblacional de solo un 1% desde el censo anterior realizado en 2011, el Gobierno uruguayo presentó un dato elocuente sobre el estancamiento poblacional del país: en los últimos tres años, Uruguay ha tenido más fallecimientos que nacimientos.
"Lo que ha ocurrido en los últimos tres años es que efectivamente las defunciones han estado por encima de los nacimientos. En 2021 y 2022, las defunciones todavía estaban algo afectadas por el efecto COVID, pero ya en el 2023 tenemos una mortalidad en niveles prepandémicos y, sin embargo, la natalidad sigue por debajo de la mortalidad", explicó a Sputnik Diego Aboal, director del INE.
El funcionario consideró que lo más "dramático" es la caída de la natalidad que evidencian los números: mientras en 2015 Uruguay registraba 49.000 nacimientos, en 2023 fueron solamente 31.000. "Son 18.000 nacimientos menos en un período de tan solo ocho años", advirtió.
Aboal relacionó la caída de la natalidad a un fenómeno conocido como "infertilidad social", vinculado a una menor tendencia a tener hijos en personas con un nivel de desarrollo socioeconómico mayor.
"No se trata de una infertilidad biológica sino de una serie de decisiones de la gente que, ya sea por trabajo, estudio o estilo de vida, lleva a que la maternidad o paternidad se postergue hasta edades en que ya es más difícil tener hijos o se tienen menos hijos", subrayó.
En efecto, a contramano de la baja en la natalidad, el censo de 2023 demostró un claro mejoramiento en varios indicadores de la calidad de vida de los uruguayos: "En 1985, el 20% de las viviendas tenían piso de tierra y hoy es casi cero, la cobertura de agua y electricidad hoy es casi universal y no era así hace cuarenta años y hoy el 94% de los hogares tienen termotanque cuando en 1985 solo era el 47%", enumeró.
"Estamos ante un nuevo Uruguay y este nuevo Uruguay tiene estancamiento demográfico y envejecimiento importante, pero también tiene niveles de bienestar material mucho mayor, al menos que el país tenía hace cuatro décadas", destacó.
¿Se requiere una política para aumentar la natalidad?
Aboal explicó que, si bien hubo un exiguo crecimiento poblacional con respecto a la medición de 2011, el resultado negativo de los últimos tres años contradijo las previsiones que auguraban que el país superaría los 3,5 millones en este censo y adelantó a las proyecciones que colocaban el declive poblacional del país dentro de algunas décadas.
"Creo que Uruguay está muy avanzado en la transición demográfica con este crecimiento natural negativo y, a menos que tengamos corrientes migratorias potentes, la hipótesis de una caída de la población en los próximos diez años tiene cierta probabilidad", sostuvo.
El Censo 2023 también mostró un leve incremento de la población inmigrante: mientras en 2011 representaba un 2% de la población total, en esta edición ascendió al 4%. Aun así, el flujo de inmigrantes apenas logra equiparar a los uruguayos que deciden emigrar, por lo que el fenómeno no modifica la tendencia.
De todas maneras, el jerarca evitó interpretar el dato con alarma y prefirió centrarse en los desafíos que el dato le implica al país sudamericano. Entre los más urgentes aparecen las dificultades que el envejecimiento poblacional puede significar para el sostenimiento del sistema de seguridad social del país, así como para el cuidado de las personas mayores, que de manera cada vez más frecuente alcanzarán la tercera edad sin hijos y nietos que los cobijen.
Del otro lado, la caída poblacional también podría significar grupos menos reducidos en la educación pública y más docentes por alumno, algo oportuno para mejorar los resultados educativos.
"Si tenemos pocos nacimientos, por supuesto tenemos que cuidar a cada niño como algo muy preciado, intentando que cada uno tenga las mayores capacidades posibles", apuntó.
El director del Instituto de Estadística uruguayo destacó que los datos le servirán de insumo al próximo gobierno uruguayo que asumirá en marzo de 2025, pero relativizó la necesidad de que el país deba afrontar de manera urgente políticas de fomento de la natalidad. "En definitiva, la cuestión es cuán bien viven los habitantes que decidan hacerlo en Uruguay, porque si son las opciones de vida que las personas eligen es difícil decir que hay que hacer algo distinto", aseveró.
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