El boom del realismo mágico en el 'streaming' sigue "los dictados estéticos e ideológicos" de EEUU
El boom del realismo mágico en el 'streaming' sigue "los dictados estéticos e ideológicos" de EEUU
Sputnik Mundo
Nuevas adaptaciones de "Pedro Páramo" y "Como agua para chocolate" acaban de estrenarse en plataformas de 'streaming', mientras la serie de "Cien años de... 26.11.2024, Sputnik Mundo
En el mundo de la música y la industria audiovisual, el cuarto trimestre (octubre a diciembre) suele ser el período del año más lucrativo, el corredor en que las grandes multinacionales estrenan sus productos más ambiciosos y de los que se espera un mayor éxito, listos para ser consumidos en la previa de las festividades y arrasar durante la temporada de premios y de balances de fin de año, reforzando de esta manera aún más el interés de los espectadores.Este año, las plataformas de streaming con sede en EEUU, pero con una producción de contenidos locales en alza en sus principales mercados, tienen como apuestas principales una inspiración similar y sorprendentemente regional: el género literario conocido como "realismo mágico", nacido a mitad del siglo pasado en América Latina y con gran popularidad alrededor del mundo gracias a su eficaz combinación de elementos de fantasía, romance y costumbrismo.A comienzos del mes de noviembre se estrenó "Como agua para chocolate", la adaptación a miniserie del best-seller homónimo de la autora mexicana Laura Esquivel, que ya había inspirado en 1992 una película de gran éxito. En la misma semana salió la adaptación de la novela "Pedro Páramo", del mexicano Juan Rulfo, publicada en 1955 y considerada una obra fundante del realismo mágico, así como de las más reverenciadas de la literatura del siglo XX.Como si esto fuera poco, a comienzos de diciembre se estrenará la que ya se considera la producción latinoamericana más cara de su historia: la primera temporada (de dos planeadas) de "Cien años de soledad", la obra maestra del escritor colombiano Gabriel García Márquez y una de las novelas más admiradas y leídas de toda la literatura moderna, con alrededor de 50 millones de copias vendidas.Una sensación "ambivalente"Si bien la llegada simultánea a las pantallas de estos emblemas del realismo mágico responde a la casualidad (la adaptación de "Cien años de soledad" fue anunciada hace 6 años y sufrió un retraso por la pandemia de COVID, mientras que la nueva "Como agua para chocolate" comenzó su producción apenas el año pasado), este escenario renueva el debate sobre qué contenidos las grandes empresas estadounidenses elaboran para sus audiencias latinoamericanas y qué dicen estas decisiones sobre cómo miran a la región y a la producción cultural de estos países.José Ignacio Apoi, doctor en estudios culturales egresado de la Universidad ORT, le dijo a Sputnik que el boom del realismo mágico en las plataformas de streaming le produce una sensación "ambivalente", ya que representa tanto un merecido homenaje a estos grandes hitos literarios y una oportunidad de darles aún más proyección internacional, pero a la vez se le da la espalda a escritores nuevos y problemáticas actuales, manteniendo a la región en la imaginación de decenas de millones de espectadores como un lugar anacrónico signado exclusivamente por la superstición, la discriminación y la violencia.Sin embargo, ahonda, estas grandes empresas multinacionales, que tienen el dinero suficiente para poder comprar los derechos de cualquier libro y recrear el universo y época que quieran, siguen enfocándose en una visión de América Latina que refuerza estereotipos, "continuando la peligrosa tradición de mostrar a la región como un lugar mágico, pobre y anclado en el pasado, lo cual me parece en general un hecho bastante negativo y hasta racista".En ese sentido, Apoi afirma que esta decisión de adaptar clásicos que vienen con una audiencia asegurada, al ser obras aclamadas y son conocidas por millones, revela que las plataformas estadounidenses "no confían en los espectadores y prefieren no tomar riesgos creativos, apostando a lo seguro".El imaginario hollywoodenseAl respecto, el especialista dice que esta elección no es muy distinta a lo que sucede en Hollywood en general, con su predilección en los últimos años por realizar series y películas basadas en material previo (conocido en la industria como "IP", siglas de "propiedad intelectual"), ya sean héroes de Marvel, series de novelas ("Harry Potter"), videojuegos ("The Last of Us") o hasta muñecas ("Barbie"), en lugar de aventurarse a financiar historias originales."En América Latina, el desembarco de las plataformas ha significado, por un lado, una fuerte inversión económica, algo bienvenido por el ecosistema audiovisual local, pero, por otro lado, en general, las series y películas que han hecho son muy mediocres artísticamente, enfocándose en historias sensacionalistas contadas en documentales de crímenes verdaderos, o bioseries de personajes famosos contadas de las maneras más convencionales posibles", afirma Apoi.El caso de estas flamantes adaptaciones es distinto, porque se trata de dos obras muy aclamadas, como "Pedro Páramo" y "Cien años de soledad", y una que lo es mucho menos ("Como agua para chocolate"), pero tiene que un filón feminista que puede ser explotado, como de hecho sucede en la nueva versión en streaming, indica Apoi, que convierte a la protagonista Tita, una joven introvertida, en una mujer "empoderada", como exige la corrección política dominante en EEUU."Es interesante esa disonancia, porque las plataformas eligen contenidos prestigiosos y levemente políticos sobre las realidades de América Latina y su historia de injerencia extranjera —la masacre de las Bananeras, por ejemplo, ordenada por la United Fruit Company, es narrada en 'Cien años de soledad'—, pero los reversionan y filman siguiendo los dictados estéticos e ideológicos del país que los financia, que es EEUU, entonces convierten a estos tótems culturales de la región en otro producto colonizado y desprovisto de todo filo e idiosincrasia local, lo cual es una lástima porque desaprovechan el potencial de los textos", concluye el experto.
Nuevas adaptaciones de "Pedro Páramo" y "Como agua para chocolate" acaban de estrenarse en plataformas de 'streaming', mientras la serie de "Cien años de soledad" está por desembarcar. Pero mientras algunos celebran estas adaptaciones de clásicos latinoamericanos, otros aseguran que reflejan una mirada anacrónica y estigmatizadora de la región.
En el mundo de la música y la industria audiovisual, el cuarto trimestre (octubre a diciembre) suele ser el período del año más lucrativo, el corredor en que las grandes multinacionales estrenan sus productos más ambiciosos y de los que se espera un mayor éxito, listos para ser consumidos en la previa de las festividades y arrasar durante la temporada de premios y de balances de fin de año, reforzando de esta manera aún más el interés de los espectadores.
Este año, las plataformas de streaming con sede en EEUU, pero con una producción de contenidos locales en alza en sus principales mercados, tienen como apuestas principales una inspiración similar y sorprendentemente regional: el género literario conocido como "realismo mágico", nacido a mitad del siglo pasado en América Latina y con gran popularidad alrededor del mundo gracias a su eficaz combinación de elementos de fantasía, romance y costumbrismo.
A comienzos del mes de noviembre se estrenó "Como agua para chocolate", la adaptación a miniserie del best-seller homónimo de la autora mexicana Laura Esquivel, que ya había inspirado en 1992 una película de gran éxito. En la misma semana salió la adaptación de la novela "Pedro Páramo", del mexicano Juan Rulfo, publicada en 1955 y considerada una obra fundante del realismo mágico, así como de las más reverenciadas de la literatura del siglo XX.
Como si esto fuera poco, a comienzos de diciembre se estrenará la que ya se considera la producción latinoamericana más cara de su historia: la primera temporada (de dos planeadas) de "Cien años de soledad", la obra maestra del escritor colombiano Gabriel García Márquez y una de las novelas más admiradas y leídas de toda la literatura moderna, con alrededor de 50 millones de copias vendidas.
Una sensación "ambivalente"
Si bien la llegada simultánea a las pantallas de estos emblemas del realismo mágico responde a la casualidad (la adaptación de "Cien años de soledad" fue anunciada hace 6 años y sufrió un retraso por la pandemia de COVID, mientras que la nueva "Como agua para chocolate" comenzó su producción apenas el año pasado), este escenario renueva el debate sobre qué contenidos las grandes empresas estadounidenses elaboran para sus audiencias latinoamericanas y qué dicen estas decisiones sobre cómo miran a la región y a la producción cultural de estos países.
José Ignacio Apoi, doctor en estudios culturales egresado de la Universidad ORT, le dijo a Sputnik que el boom del realismo mágico en las plataformas de streaming le produce una sensación "ambivalente", ya que representa tanto un merecido homenaje a estos grandes hitos literarios y una oportunidad de darles aún más proyección internacional, pero a la vez se le da la espalda a escritores nuevos y problemáticas actuales, manteniendo a la región en la imaginación de decenas de millones de espectadores como un lugar anacrónico signado exclusivamente por la superstición, la discriminación y la violencia.
"Por un lado, y como trabajador de la cultura, celebro cualquier inversión en talento local y creo que la llegada de estas obras a las plataformas podría generar que las generaciones más jóvenes, más acostumbradas a los teléfonos móviles que a los libros, tengan curiosidad si les gustó lo que vieron y luego vayan a buscar las historias en sus versiones originales, resultando en nuevos lectores", dice el experto.
Sin embargo, ahonda, estas grandes empresas multinacionales, que tienen el dinero suficiente para poder comprar los derechos de cualquier libro y recrear el universo y época que quieran, siguen enfocándose en una visión de América Latina que refuerza estereotipos, "continuando la peligrosa tradición de mostrar a la región como un lugar mágico, pobre y anclado en el pasado, lo cual me parece en general un hecho bastante negativo y hasta racista".
En ese sentido, Apoi afirma que esta decisión de adaptar clásicos que vienen con una audiencia asegurada, al ser obras aclamadas y son conocidas por millones, revela que las plataformas estadounidenses "no confían en los espectadores y prefieren no tomar riesgos creativos, apostando a lo seguro".
El imaginario hollywoodense
Al respecto, el especialista dice que esta elección no es muy distinta a lo que sucede en Hollywood en general, con su predilección en los últimos años por realizar series y películas basadas en material previo (conocido en la industria como "IP", siglas de "propiedad intelectual"), ya sean héroes de Marvel, series de novelas ("Harry Potter"), videojuegos ("The Last of Us") o hasta muñecas ("Barbie"), en lugar de aventurarse a financiar historias originales.
"En América Latina, el desembarco de las plataformas ha significado, por un lado, una fuerte inversión económica, algo bienvenido por el ecosistema audiovisual local, pero, por otro lado, en general, las series y películas que han hecho son muy mediocres artísticamente, enfocándose en historias sensacionalistas contadas en documentales de crímenes verdaderos, o bioseries de personajes famosos contadas de las maneras más convencionales posibles", afirma Apoi.
El caso de estas flamantes adaptaciones es distinto, porque se trata de dos obras muy aclamadas, como "Pedro Páramo" y "Cien años de soledad", y una que lo es mucho menos ("Como agua para chocolate"), pero tiene que un filón feminista que puede ser explotado, como de hecho sucede en la nueva versión en streaming, indica Apoi, que convierte a la protagonista Tita, una joven introvertida, en una mujer "empoderada", como exige la corrección política dominante en EEUU.
"Es interesante esa disonancia, porque las plataformas eligen contenidos prestigiosos y levemente políticos sobre las realidades de América Latina y su historia de injerencia extranjera —la masacre de las Bananeras, por ejemplo, ordenada por la United Fruit Company, es narrada en 'Cien años de soledad'—, pero los reversionan y filman siguiendo los dictados estéticos e ideológicos del país que los financia, que es EEUU, entonces convierten a estos tótems culturales de la región en otro producto colonizado y desprovisto de todo filo e idiosincrasia local, lo cual es una lástima porque desaprovechan el potencial de los textos", concluye el experto.
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